Una por una las fichas albertistas fueron cayendo del tablero hasta que el presidente quedó aislado. Todos sabíamos que iba a pasar, no hay ninguna sorpresa, tampoco ministro de Economía. Martín Guzmán renunció enojado, ofuscado y cansado de no poder tener libertad de acción por el “extremo internismo”. Su gestión no fue avalada por casi