Mientras el mundo estaba estremecido, Alberto Fernández se daba la gran vida, como si hubiese hecho un pacto satánico, se le dio vuelta la tortilla. Primero se quemó y ahora se ahogó. Tiene tantas variantes, precuelas y secuelas que es una historia que es muy difícil de contar y que seguirá trayendo nuevos capítulos. Los