A pesar de los festejos por el mundial no se puede olvidar que hace 21 años se vivía uno de los días más críticos de la historia reciente.
El helicóptero de la casa abandonó la Casa Rosada luego de la renuncia del por entonces presidente Fernando De la Rúa. Unas horas antes el mandatario había anunciado por cadena nacional que no iba a renunciar, pero lo vaciaron de poder tanto radicales como peronistas y finalmente tuvo que dejar el cargo.
Todo comenzó el 1ero. de diciembre con el anuncio del corralito bancario del ministro de Economía Domingo Cavallo. Quienes tenían dinero en el banco solamente podían sacar 250 pesos, en ese momento 250 dólares, por semana. Esto generó una oleada de protestas y cacerolazos por la medida a lo largo de un caliente mes.
Argentina venía de una larga recesión producto del final del plan de convertibilidad, también de Cavallo pero esta vez en el gobierno de Menem, que buscaba un peso fuerte y el final de la inflación. En un principio dicho plan funcionó, pero luego con el cambio del contexto internacional, el deterioro de la industria y el crecimiento del desempleo marcaban el inicio del gobierno de la Alianza.
En septiembre del 2001, con un gobierno debilitado por la renuncia de Chacho Álvarez, vicepresidente, se anunció el Megacanje que supuestamente traería un poco de calma financiera, pero a principios del mes de diciembre se agudizaba el desangre del banco central y se implementó el obelisco.
En este contexto llegó el 19 de diciembre. El país amaneció con una oleada de saqueos a supermercados y negocios en todo el país. No se descarta que la mecha habría sido prendida por varios sectores de la política, pero, sea de la manera que sea, se generó una situación de guerra civil durante un día entero. El día terminó con un Estado de Sitio.
Durante la madrugada del 20, renunció Cavallo, y la Plaza de Mayo despertó con una multitudinaria protesta. La gente en la plaza y en todo el país sufrió una violenta represión en la que se vieron involucrados también todos los sectores políticos. Esa jornada también fue marcada por el ya legendario “que se vayan todos”.
Finalmente y luego de intentar aferrarse al poder, pero abandonado por propios y ajenos, De la Rúa renunció para que asuma momentáneamente Ramón Puerta. El resultado fueron cinco presidentes en una semana, una crisis institucional sin precedentes y que derivó en el gobierno de Duhalde otrora rival electoral de De la Rúa.
Hoy el país vive una fiesta, pero ya desde muy temprano se vive tensión, esta vez no en Plaza de Mayo, si no en el Obelisco. Ojalá hayamos aprendido algo, y el resto del día transcurra en paz.
