40 años de Democracia, los desafíos venideros.
Hace 40 años se les pasó el plumero a las urnas y se llenaron de votos. Lo ungieron a Ricardo Alfonsín como presidente. El 30 de octubre de 1983. Pero lamentablemente la democracia no educó, no curó y no nos dio de comer. Pero eso no fue culpa del sistema de gobierno. Fue culpa de los dirigentes políticos que fueron elegidos por la mayoría de la gente a lo largo de las cuatro décadas.
La mayor parte del siglo XX, nuestro país vivió entre gobiernos militares y pseudodemocráticos porque no se cumplían los requisitos mínimos para estar en un estado republicano puro. O sea, que la gente se manifiesta a través de sus dirigentes.
En cambio, a partir de 1983 vivimos 40 años de democracia plena. A pesar de los feudos, los punteros, las crisis, los golpes institucionales (1989 – 2001), los aprietes sistemáticos desde el estado, los desaparecidos por las fuerzas de seguridad, la desidia ante el narcotráfico y los muchos etcéteras que se podrían agregar, la gente eligió siempre, o casi siempre, en casi todos los lugares, a la misma fuerza política. El peronismo.
El famoso roba, pero hace, solo aplica al peronismo. Porque el partido del general ha construido a lo lago de los años una mística que no tiene que ver con la política. Es como los hinchas que son hinchas de su hinchada, mas no les interesa en lo más mínimo como juega su equipo, cómo está institucionalmente, simplemente van por los colores. Con el peronismo es igual. Hay que ganar, como sea, porque gritar viva Perón y cantar la marcha les hace crujir las entrañas, aunque después se maten a tiros (Entre izquierda y derecha) como lo hicieron tantas veces a lo largo de su historia.
Por eso, el desafío venidero, muy atado a lo que pase en el Balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei, es tener la conciencia de la importancia del deber cívico de ir a votar en pos de un bien mayor y no de asegurarnos la quintita, el puestito, el carguito o el plancito.
Votes a quién votes, el voto tiene que ser por convicción, para luego poder exigirle a gobernante.
El segundo desafío y no menos importante es ser igual de implacables contra todos los gobiernos a la hora de criticarlo si este no cumple con las demandas mínimas que el pueblo exige y que una tierra como la Argentina puede dar.
En tercer lugar, los garantes de la gobernabilidad tienen que ser los mismos ciudadanos esté quien esté en el poder. No podemos jugar más al club del helicóptero. Hay que respetar la voluntad popular haya esta cumplido los primeros dos puntos que expusimos antes o no.
En Cuarto lugar, tenemos que ajustarnos más a la legalidad a la hora de ser ciudadanos para luego poder exigirle también a los funcionarios y condenar la corrupción como un delito grave contra el pueblo y no naturalizarlo. Hay que desenquistarla de las entrañas del funcionamiento del estado. El auto funciona a gas, el estado a coimas.
Creo que hay muchísimos más puntos para fijarnos, pero con cumplir estos cuatro habremos avanzado muchísimo en nuestra calidad democrática y en lo que el sistema puede hacer por nosotros. Porque es una toma y daca. Lo que uno es capaz de hacer por su comunidad es reciproco a lo que el sistema puede hacer por vos. Y fíjense que, en ningún lugar, se habló de cobrar más impuestos para ellos. Simplemente, ser un ciudadano racional y lógico. Ojalá podamos lograrlo.
40 años de Democracia, los desafíos venideros.
