Una patota de camioneros irrumpió en una empresa de logística de Sarandí a puros golpes de puños. Pablo Moyano piensa en abandonar la CGT. Y el paro de SUTNA pone en vilo a la industria automotriz.
Un conflicto que estaba en puerta pero no visibilizado estalló esta semana. El tema sindical. Tres hechos puntuales, pero sumados a decenas o cientos en todo el país, hacen un sistema productivo, que por lo menos hasta septiembre estuvo en crecimiento, jaqueado por los mismos sindicatos que dicen defender a los trabajadores.
Para empezar, posiblemente el reclamo de SUTNA sea justo. Pero también es cierto que los sueldos de los trabajadores del gremio están muy por encima de la media de lo que ganan los trabajadores en Argentina. En segundo lugar, se paralizan 3 empresas super rentables y que afectan a todo el sistema productivo. Muy mala señal para los mercados que Sergio Massa intenta estabilizar.
Como si todo esto fuese poco, una patota de camioneros irrumpió en una empresa de logística de Sarandí y golpeó a trabajadores, patrones y dueños, por querer desplazar a un delegado quien, según la empresa, hace 7 años no va a trabajar.
A su vez, Pablo Moyano planea alejarse en las próximas horas, supuestamente, de la mesa chica de la CGT, por estar en desacuerdo con el Presidente, con el Ministro de Trabajo y con sus dos laderos en la conducción tripartita.
Un septiembre que pocos podrán olvidar. Y todavía quedan unos días.