Galaxias de los comienzos del Universo ponen en duda la velocidad de expansión inicial tras el Big Bang.
El Telescopio Espacial James Webb recientemente encontró las galaxias más antiguas jamás observadas, pero su edad y masa amenazan con derribar las bases de la teoría del origen de nuestro universo, que podría no ser tal como creíamos.
Hasta donde sabíamos y como ya he abordado anteriormente en “La historia del Hubble y el James Webb”, nuestro universo se habría originado hace aproximadamente 13.800 millones de años con una gran explosión, llamada Big Bang, que nunca ha acabado y que continúa hasta hoy, haciendo a nuestro Universo realmente infinito.
Sin embargo, seis ancestrales galaxias observadas por JW demostraron ser tan enormes que no puede explicarse como en tan poco tiempo luego del Big Bang podrían haber crecido tanto, ya que tienen más de 10 mil millones de veces la masa del Sol.
Las seis galaxias más antiguas jamás observadas
Este descubrimiento realizado por el profesor asociado de astronomía en la Universidad de Texas, Mike Boylan-Kolchin, y su equipo va en contra de la teoría existente sobre el crecimiento y tamaño supuesto que deberían tener las galaxias que surgían entre 500 y 700 millones de años después de la explosión.
Algo aún más desconcertante es que una de ellas parecería ser aún más masiva que nuestra galaxia, la Vía Láctea, cuando esta requirió miles de millones de años para formarse y crecer.
“Si las masas son correctas, entonces estamos en territorio inexplorado”, admitió el especialista y “necesitaremos algo muy nuevo sobre la formación de galaxias o una modificación de la cosmología” para poder explicar y comprender este fenómeno.
Un nuevo misterio: varias hipótesis, muchas preguntas y pocas respuestas
“Una de las posibilidades más extremas es que el universo se expandiera más rápido poco después del Big Bang de lo que predecimos, lo que podría requerir nuevas fuerzas y partículas” a las existentes; es la primera de las hipótesis en plantearse al respecto de este hallazgo por el equipo.
El Universo infinito y rojo
Según se cree, el Universo más bien se encuentra en una expansión infinita. Esto se conoce gracias al estudio de los objetos del espacio mediante un diagrama de color que determinará que tan lejano y, por lo tanto, antiguo es dicho objeto observado.
Tengamos en cuenta que en esto incide la velocidad a la que viaja la luz, por lo tanto, aquellos objetos que en la escala se acercan al rojo, se están alejando.
Todas las galaxias que nos rodean se inclinan hacia el rojo, lo que significa que se alejan aún más y por lo tanto demuestran que el Universo continúa expandiéndose. Esta teoría sorprendió en su momento, pues la lógica de una explosión es que con el tiempo la onda expansiva vaya aún más lento. Pero no sería el caso. Por lo que, si el universo sigue expandiéndose quizás hasta más rápido que en sus orígenes y sin freno, ¿cómo es posible que nuestra galaxia que tuvo miles de millones de años para formarse, sea comparable a una que tan solo tuvo cientos de millones de años en aquella era prehistórica del cosmos? ¿acaso si sucedió todo más rápido en esos momentos y ahora realmente la expansión desaceleró? ¿no nos diría eso que entonces el Big Bang en realidad sí sigue la lógica de cualquier explosión? ¿no nos diría eso que entonces eventualmente podría detenerse? ¿no significaría eso que el Universo no es infinito?
No hay respuesta aún para eso, y por algo es tan solo una hipótesis por el momento.
Gas, estrellas, materia oscura y sus agujeros negros
Ahora bien, si intentamos comprender la razón de ser de estas galaxias deberíamos comenzar por el hecho que para que se formen tan rápido y tengan un tamaño tan grande, deberían haber convertido casi el total de su gas disponible en estrellas, lo cual va en contra de lo pensado.
Se creía que un máximo del 10% del gas disponible acaba formando estrellas, ¿podrían las primeras galaxias convertir porcentajes de gas mucho más grandes en estrellas? Aún así, “aunque la conversión del 100% del gas en estrellas está técnicamente justo en el límite de lo teóricamente posible, lo cierto es que esto requeriría que algo sucediera de forma muy diferente de lo que pensamos”, continuó Boylan-Kolchin.
La teoría actual conocida como “paradigma de la energía oscura y materia oscura fría”, el modelo más aceptado desde los 90s para explicar la estructura y evolución del cosmos, se enfrenta a un descubrimiento que podría ponerla patas para arriba, indicando que existen otras formas de formación de galaxias o que habría más materia disponible para ello, lo cual suena como lo más factible.
Otra alternativa muy posible también podría ser que los agujeros negros que existieron en el centro de cada una de esas galaxias podrían estar calentando el gas circundante haciendo que, por lo tanto, estas parezcan más masivas de lo que en realidad son.
Una última hipótesis es que estas galaxias en realidad no sean tan viejas; esto puedo ocurrir si el polvo cósmico que se encuentra esparcido por todo el Universo provocará que la luz de dichas sufra un desplazamiento hacia el rojo, lo que daría la sensación de estar más lejos, y por ende ser más antigua.
Si bien los datos obtenidos son solo las primeras estimaciones, es de por si alarmante que el primer vistazo ya ponga en duda uno de los parámetros más importantes del conocimiento sobre nuestros orígenes, aunque muchas incógnitas se despejaran tras la confirmación de la espectroscopía, un método que analiza la luz y divide por colores, que se encuentra desarrollando el profesor en una iniciativa en la que colabora la llamada COSMOS-Web.
Cuestión de tiempo
Era tan solo cuestión de tiempo el encontrar fallas en la teoría del origen del Universo, pero como toda teoría, existe para ser constantemente refutada y reinventada. O bien podría reforzarse o destruirse la noción actual con los resultados. Pero fuera cual fuera la respuesta y por más incertidumbre que pueda generar, estos son los retos que traen jugosos resultados en la ciencia y nada es más estimulante que llegar a conclusión y responder los cientos de preguntas que se generan, que pueden traer más respuestas de las que incluso se tenían.
El Universo es el misterio más grande que enfrentamos, el estudio de este se basa formular hipótesis y probar si eran correctas o no. Paradójicamente, es un poco como la vida, uno no sabe que hay más allá, que podría surgir de repente que pueda hacer tambalear todo lo que creíamos hasta entonces, se trata de un constante prueba y error, observar y recibir todo aquello nuevo por más espeluznantemente increíble que sea; y como bien dijo el astrónomo Carl Sagan: “En algún lugar, algo increíble está esperando a ser descubierto”.
