La prestigiosa academia que desde 1901 premia a los más grandes descubrimientos, tiene un largo historial de hombres reconocidos por sobre un escaso numero de mujeres, algo que deja ciertas cosas muy claras…
Partamos de la base, vivimos en un mundo desigual, en proceso de deconstrucción y transformación, pero desigual aún; por lo que, técnicamente no podemos tirarle encima a la academia sueca un reclamo por machismo cuando por siglos nuestra sociedad estuvo llena de ejemplos de desigualdad de este tipo. Algo honestamente, muy triste.
Sin embargo, vamos a profundizar en estos temas. Los premios Nobel surgen 1901 en honor al científico Alfred Nobel como un galardón internacional que reconoce investigaciones, descubrimientos o contribuciones notables de la humanidad. Ahora bien, en este contexto debemos tener en cuenta infinidad de cuestiones socioculturales.
La mujer y la educación
La primera universidad de la historia, de acuerdo con la Unesco, fue la de Qarawiyin fundada en 859 irónicamente por una mujer musulmana, llamada Fatima Al-Fihri, pero la historia misma dice que la primera mujer en ser profesora fue Bettisia Gozzadini en la Universidad de Bolonia en 1239, y las primeras en recibir un título universitario o doctorarse ocurrieron en el 1600, entre ellas, Elena Lucrezia Corner Piscopia quien destaco como una prodigio con conocimientos y un don para el aprendizaje imposible de ignorar, y que deseaba recibirse en Teología pero debió optar por Filosofía debido a que era mujer y eso no era apoyado por la Iglesia.
Esto no se volvió tendencia y las cosas continuaron de la misma forma por cientos de años, siendo excepciones las pocas mujeres que lograban acceder a la educación y recibirse. Igualmente, no significa que no se educaran, sino simplemente que la sociedad no les permitía una educación plena y equitativa, se las debían arreglar solas y conformarse con solo poder aspirar a ser institutrices, por ejemplo; pero nunca profesionales con la posibilidad de ejercer libremente.
Hacia el siglo XIX, ya muchos países contaban con escuelas para niñas y poco a poco fueron incluyendo más niveles y contenidos; y, a partir de 1834, se establece la educación primaria obligatoria tanto para niños como para niñas. Por otro lado, en 1849 se recibe la primera médica en Estados Unidos, mientras que en Argentina esto fue logrado por Cecilia Grierson en 1889.
Por lo tanto, si las primeras mujeres recién lograban tener un título universitario en Medicina, que quizás era uno de las primeras ramas en posibilitar el acceso femenino debido a su alta vinculación con el cuidado, los ancestrales conocimientos sobre remedios caseros y su fundamental participación en las guerras como enfermeras; era mucho pedir que en 1901 los premios Nobel llevaran adelante una ceremonia completamente inclusiva.
El retroceso y el machismo fueron cosas globales, un fenómeno que se viene arrastrando desde hace siglos y que fue mutando con el pasar de los años alrededor de todo el mundo con más o menos gravedad, pues cabe aclarar que en países de oriente aún tenemos abundancia de costumbres altamente machistas y represivas a la mujer. En lo académico y profesional, es responsabilidad que recae sobre todas las áreas y que hizo que las mujeres debieran pagar el precio, por algo justamente se dice que hay una deuda por saldar.
Luego de Marie Curie, fue su hija, Irene, quien recibió el galardón de Química un año después de la muerte de su madre en 1935; seguida de Maria Geoppert Mayer en Física recién en 1963 y Dorothy Hodgkin en Química. Después de dichas pasaron 55 años hasta que otra mujer recibiera el honor el Física en el año 2018 y luego 2020; mientras que en Química esto se volvió a dar en 2009, 2018, 2020 y 2022.
Casualmente, la reaparición de la mujer en estas categorías duras de los Nobel coincidió con el alza de la ideología feminista y la importancia que comenzó a tomar la justa representación de ambos géneros en todos los ámbitos, por lo que es difícil creer si simplemente la academia se deshizo de sus prejuicios y estigmas o si tan solo se dejaron llevar por la corriente y cedieron para no verse perjudicados y ser tildados por machismo. Realmente inchequeable, pero se agradece el reconocimiento a tan brillantes progresos.
En cuanto a las otras disciplinas, hay un fenómeno que puede entreverse. Queda más que claro que la mujer siempre fue incentivada para encaminarse hacia las ciencias sociales en lugar de a las duras desde la infancia, y todo lo contrario en caso de los varones; ya que en lo que mayor cantidad de galardones reúnen las mujeres es en Literatura con un total de 18, pues no era mal visto reconocer a una escritora ya que el drama, la ficción y la escritura eran conocidos como espacios donde si podían moverse las mujeres.
En segundo lugar, tenemos los premios Nobel de la Paz, otorgados a 17 mujeres; pues esta estaba asociada al cuidado, la empatía y compasión, así como luego a la lucha por sus derechos, por lo que también recaudaron reconocimiento por sus acciones y cambios que produjeron en la sociedad. En tercer lugar, se encuentran 12 galardones en Fisiología y Medicina, que se explica bajo la innegable participación de la mujer como enfermera y siempre vinculada a sanar y cuidar de los suyos, resultó inevitable que progresaran indiscutiblemente en el área.
Finalmente, la categoría de Ciencias Económicas deja que desear y parece aún estar afectada por el ancestral estigma de que el hombre es el mejor para los números, ya que solo dos mujeres en la historia de dichas premiaciones han sido reconocidas en la materia. Afortunadamente, es solo un mito y existen cientos de mujeres haciendo cálculos definiendo cuan grande es la deuda, la deuda que hay que saldar.
