La doble vara en nuestro país no deja de sorprender. Mientras Franco Rinaldi se convirtió en el centro de la campaña en la Ciudad de Buenos Aires por sus “chistes” discriminatorios sacados del armario del olvido, en NewsBA repasamos los cancelados que nunca fueron. Es que Hugo Curto, símbolo de los barones del conurbano que gobernó su distrito, 3 de febrero, durante casi 20 años, se despachó, años atrás, contra todo “distinto”. A diferencia de Rinaldi, lo de Curto no fue en tono gracioso, sino que trató de “enfermedad” a la homosexualidad y de delincuentes a los extranjeros pero, ojo, los europeos no, sino los morochos de países limítrofes. ¿Se imaginan si esos dichos lo decían Patricia Bullrich o Javier Milei? Pero lo dijo un peronista y todo se perdona.
Sergio Massa se horroriza del pasado contradictorio de Bullrich mientras olvida el propio.
Milei jura una campaña sin ataques a Bullrich y, cuando cae en las encuestas, olvida su promesa.
Todo cambia en la política argentina.
Lo del Chaco, mientras tanto, roza lo inhumano. Un gobernador que sólo está preocupado por dar vuelta una elección. Abogados patrocinantes de los familiares de la víctima que defienden al protector del Clan Sena y un sector del barrio de Emerenciano que toma la calle reclamando su libertad. Todo el mundo puede expresarse, pero sin faltar el respeto al prójimo. A Cecilia le sacaron hasta los carteles en su nombre.
No tienen perdón.
La Argentina del doble discurso, tampoco.