El histórico Telescopio Espacial Hubble detectó un enjambre de rocas alrededor del asteroide que la NASA desvió en 2022 con la nave espacial DART.
Hablemos de DART; por años hemos visto en la televisión películas sobre el espacio, muchas en las que la trama principal giraba en torno a un asteroide que amenazaba la vida en La Tierra. Hemos leído sobre el asteroide que fue participe de la extensión de los dinosaurios, así como hemos registrado y hasta presenciado el ingreso de objetos celestes como meteoros a nuestra atmosfera.
Ahora, es imposible negar que nuestro querido planeta se encuentra expuesto a cientos de amenazas como lo son asteroides de gran tamaño y que viajan a altas velocidades por el espacio, y que, si bien algunos solo causarían grandes daños y un enorme cráter en nuestro suelo, otros cambiaran absolutamente nuestra historia, quizás hasta dándole fin.
Por ello, es que la misión de Prueba de Redirección de Asteroides Dobles de la NASA fue tan importante porque se trató del primer paso para aumentar las posibilidades de la vida en La Tierra de seguir existiendo.
DART, un paso a la eternidad
Con el objetivo de desviar el asteroide de 160 metros y 544kg, Dimorphos, que avanzaba a 20.921 km/h en órbita a otro mucho más grande llamado Didymos; el 26 de septiembre de 2022, a 11,3 millones de kilómetros de nosotros, la nave espacial DART llegó a su blanco e impacto contra Dimorphos, alterando con éxito su rumbo.
Esto se convirtió en la primera prueba de defensa planetaria que la humanidad llevó a cabo, y es ahora un mecanismo aplicable ante amenazas de objetos espaciales a nuestro planeta en el hipotético caso de descubrir alguno con posibilidades de impacto que podrían causar grandes daños o incluso la extinción misma.
La nave enviada no era explosiva, sino que pretendía lograr un impacto cinético, es decir, lograr una fuerza destructiva causada por la energía cinética misma. Junto con ello, recientemente se descubrió que podría haberse ocasionado el desprendimiento de rocas por el impacto.
Novedades desde el Hubble
El Telescopio Espacial Hubble, que orbita la Tierra hace más de tres décadas, envió imágenes que muestran una nube en uno de los lados de Dimorphos después del impacto, la cual estaría compuesta por aproximadamente 37 rocas de entre 0,9 y 6,7 metros, las cuales se van alejando del mismo a una velocidad de 0,8 km/h; algo comparable a la velocidad con la que camina una tortuga gigante. Liberó más de 1.000 toneladas de material al espacio, esto representa alrededor del 0,1% de su masa.
Se desconoce si DART provocó el desprendimiento de parte de material del objeto o si se trata de rocas ya esparcidas sobre su superficie pero que fueron movidas con el impacto. Otra hipótesis es que la colisión haya producido movimientos sísmicos en asteroide y que esto derivara en la liberación de material.
De todas formas, se podría confirmar que la nave tuvo algo que ver con ello y solo resta esperar una confirmación de que forma sucedió. Esto es algo muy interesante porque más allá del éxito de la misión, también es importantísimo hacer un seguimiento de sus efectos y que tan significativo podría haber sido el impacto sobre el cuerpo.
Métodos de defensa planetaria
Antes, frente a una inminente amenaza de este tipo no quedaba más que esperar lo mejor, pero quedarse con los brazos cruzados no es algo particularmente característico de gran parte de la humanidad, por lo que la NASA comenzó a trabajar en diversos programas a través de entidades como la Oficina de Defensa Planetaria o el Centro de Estudio de Objetos Cercanos.
Otro mecanismo que aún no ha sido puesto a prueba es la destrucción de un asteroide en lugar de tan solo la desviación del mismo. Es decir, en caso de que no sea posible llevar a cabo dicha estrategia o que ya haya sido intentada pero que el asteroide no fuera desviado de nuestra dirección, se intentaría destruirlo. Para esto, no bastaría con energía cinética y la fuerza del impacto, sino que se trataría de un ataque explosivo.
Sin embargo, por el momento, esto solo se podría intentar si el objeto en cuestión se encontrará muy cerca de La Tierra, lo cual de por si es un riesgo enorme pero que podría resultar exitoso. Se enviaría una ojiva nuclear hacia el asteroide con la intención de destruirlo lo máximo posible. Podría fragmentarse en pedazos más o menos grandes, pero de igual manera debe tenerse en cuenta que estos caerían a La Tierra.
Asique todo se trata de un cálculo detallado en base al tamaño y velocidad del asteroide para determinar cuan significativo debería ser el ataque para reducirlo lo más posible y así solo ingresarían fragmentos no tan peligrosos a la atmosfera. Está de por sí los reduciría aún más durante su entrada al planeta, con suerte lo suficiente como para no causar graves daños al impactar con nuestra superficie.
Más allá de esta otra alternativa, DART fue muy importante. Todos conocemos la historia de los dinosaurios y sabemos cómo un gran asteroide fue determinante, junto con muchos otros factores ya críticos en los ecosistemas terrestres, para su extinción. Un asteroide puede ser motivo de extinción y no es algo para tomar a la ligera, así como tampoco algo para entrar en pánico.
La NASA fue responsable de catalogar el 98% de los objetos cercanos a nuestro planeta, los cuales son alrededor de 15.000, y por el momento ninguno sería una amenaza para nosotros en los próximos 100 años. Cada año, la lista de objetos como asteroides y cometas que se acercan a un rango de 48 millones de kilómetros de La Tierra aumenta, actualmente con un total de 1.500 por año, por lo que es algo común y para nada extraño.
Es muy importante contar con organismos la NASA u otras entidades de diversos observatorios y naciones, que se dediquen al estudio y observación de las orbitas de estos cuerpos ya que aún es posible detectar alguno que sí tenga importantes probabilidades de impacto con nuestro planeta y para esta hipotética situación fue que se desarrolló la misión DART. La desviación sería la primera alternativa asique fue un hito inexplicablemente asombroso que se haya logrado con éxito al primer intento. Queda esperar pruebas similares y la creación de nuevos proyectos y estudios que sigan fortaleciendo una práctica tan crucial y primordial como debería ser la defensa de nuestro planeta.
