Falta una eternidad para octubre.
Juan Grabois dijo hace unos meses. “Prefiero decirlo ahora, antes que empiecen los saqueos”. Dijo Milei que “él estaba dispuesto a asumir cuando haga falta”, Daniel Catalano, Secretario de ATE, dijo que Milei tendrá una presidencia corta. Uno más irresponsable que el otro. Ni que hablar de Castells que se adjudicó fomentar los hechos de vandalismo que estamos sufriendo.
El gobierno de la Provincia de Buenos Aires admitió al menos 150 intentos de saqueos. Comerciantes aterrados. El miedo paraliza, pero, sobre todo, el miedo es una de las formas que tienen los tiranos de gobernar. Al jefe se le tiene respeto o miedo. Los actuales hechos que pasaron mayoritariamente anoche y que pasan todavía mientras se escribe esta nota, son organizados, eso está clarísimo. ¿Quién está atrás? ¿Hasta dónde puede llegar? ¿Cuánto se va perder entre pérdidas materiales y locales cerrados? ¿Quién le devuelve la tranquilidad a un comerciante?
Todas esas preguntas, por ahora, solo tienen hipótesis como respuestas. Lo que si es cierto es que en este momento se sesionaba para derogar la Ley de Alquileres. No se logró. También se aprobó el desembolso del FMI para que sigamos en la lenta agonía, como lo diría el genial Carlos Fara.
¿Cuánto falta para octubre? Milei se auto-percibía presidente hasta ayer, según su ex compañero Diego Giacomini se auto percibe de la Escuela Austríaca de la economía, pero también según el “no la entiende bien o cambió”. Teorema de Baglini a full. Massa celebra las migajas que recibe del fondo. Celebra que se impulsaron importaciones que generaron 19 mil millones de pesos. Mientras que se gasta en planes sociales 4 mil¡, por día. Patricia se convirtió en Paloma y no puede volver a ser Halcón. Sin embargo, falta mucho para octubre. Y hoy se demostró.
Cambió la agenda. Cambió Argentina, que cambia a cada rato. Los problemas son siempre los mismos, pero el foco se va corriendo y vamos instalando algo cada semana, o cada día. Milei perdió hoy la agende ante los saqueos. Mañana la puede recuperar, o la puede ganar el oficialismo o la otra oposición.
La que siempre pierde es la sociedad.
