Las dos caras de la paciencia

¿Por qué nos da esperanza y miedo a la vez que Milei sea presidente? Por el mito que solo el peronismo puede gobernar. Mientras tengamos eso en el inconsciente colectivo cualquier gobierno que quiera encausar el lío en el que estamos metidos, va tener el fantasma del club del helicóptero girando en su cabeza.

A los argentinos nos gusta adelantarnos a los hechos. Por eso damos por muerto una vez más a un kirchnerismo que está, para muchos de ellos, más vivo que nunca y por otro lado queremos los beneficios del plan de Javier Milei pero sin tolerar los efectos secundarios. Efectos secundarios que hay que destacar que siempre se advirtieron salvo, cuando remarcaban que el costo del ajusto lo iba a pagar la clase política. La realidad es que el ajuste lo vamos a pagar todos, pero ¿Por qué tiene que haber ajuste y por qué tenemos que pagarlo?

“El último trago amargo” dijo el Presidente. Y va ser bien amargo. Pero por primera vez el país parece querer no echarle la culpa a otro y asumir el costo de pagar el mínimo de la tarjeta por años y años. De cuidar la quintita propia. De vivir en un país al margen de la ley.

LA ULTIMA OPORTUNIDAD

Muchas veces en este espacio he y hemos criticado al presidente Milei por muchísimas inconsistencias en sus planes. Por la ya hablada mil veces falta de estructura y gobernabilidad, por confiar en el peronismo, etc. Pero si la aventura del gobierno sale mal, es muy difícil que el país opte nuevamente por una opción en la que tenga que hacer algún tipo de sacrificio en pos de un bien mayor.

Vacunatorio VIP, Dólar a más de mil pesos, inflación mensual de dos dígitos, suelta de presos, fiesta de Olivos, cientos de causas de corrupción, desaparecidos en democracia, proliferación del narcotráfico en Rosario, Entre Ríos y Buenos Aires. El dedito acusador de Alberto que terminó en un fuck you de Cristina. Con todo eso, 

Sergio Massa, el ministro de Economía y Presidente en funciones del gobierno saliente, obtuvo 36% de los votos en las elecciones generales y 44% en el balotaje. Muchos dirán, que esta fue la peor elección en la historia del peronismo, y sí. Pero aún en este contexto, el partido populista, como diría Fernando Iglesias, está vivito y coleando, esperando agazapado para romper todo y “venir a arreglar lo que rompen los demás”.