Caceroleros vs Competencia

Las cacerolas contra la competencia

Javier Milei lleva 10 días en ejercicio de la presidencia. Parecen muchos más puesto que la intensidad del trabajo que viene realizando es muy fuerte. Las medidas como la devaluación, el fin de la pauta y las suba de impuestos, más el Decreto de Necesidad de Urgencia de anoche podrían haber derrocado a cualquier gobierno en cualquier parte del mundo en general y en particular a un gobierno no peronista en Argentina. Sin embargo, la imagen pública del presidente continúa creciendo.

Además, ayer de tarde Patricia Bullrich, la montonera y Javier Milei el vendedor de órganos, se juntaron en la central de la Policía Federal para ver en conjunto el mayor éxito en materia de contenición de manifestaciones que este país vio en décadas. No es exagerar si se piensa que este protocolo puede ser llevado a todas las esferas de las manifestaciones populares de nuestro país, donde los malandras aprovechan para sumar poder.

El cambio cultural

Es evidente que a lo largo de nuestra historia, el pueblo jamás toleró que le tocaran el bolsillo. Sobre todo de Perón para acá. Bueno, parece ser, por lo menos parece, que está vez el cambio cultural que tanto necesita el país se está generando. Algo que mire más allá de la satifacción inmediata. La nación conenzó su rehabilitación. Pero ojo como toda adicción puede haber recaídas.

Ahora, estas medidas no son para un pueblo cualquiera. Este DNU está hecho para que los que más trabajen, mejor lo hagan y mejores ideas tengan, se sobrepongan sobre el resto. Para que los precios se acomoden a la demanda. Para que la competencia, esa palabra que tanto miedo genera, pero tanta riqueza hizo en todo el mundo pase a primera fila.

Los caceroleros

La patria prevendaria, la patria contratista, los que prefieren la “seguridad”, los que cuidan su chacrita, los progre de Palermo rúcula se dedicaron a denigrar la protesta social de las cacerolas anti kirchneristas. Porque tenían alto poder adquisitivo no tenían derecho a protestar. Intolerancia al palo, como Belliboni ayer. Por más que Solano y el electricista se quieran diferenciar de los K, son el furgón de cola del peronismo, como les dijo Fernando Iglesias.

Por eso no hay que escupir para arriba. Ayer quedó demostrado que en el gobierno de Javier Milei y Patricia Bullrich el derecho a la protesta está garantizado y que sin saber cómo va resultar, por primera vez en mucho tiempo se fue a fondo con una receta distinta para solucionar los problemas del país. Lo que tienen razón los detractores de milei, la casta no está pagando la cuenta, como siempre, lo pagan los 6 millones de empleados en blanco y los millones de autónomos y monotributistas que día a día sostienen el enorme peso del estado.