Argentina: la galaxia de dos soles y un cisne negro.

Cada vez que hablan los ex presidentes Mauricio Macri y Cristina Kirchner se convierten en el centro de la escena. Sin embargo, una situación explosiva debería ponerlos en alerta ya que podría robarles ese protagonismo excluyente.

Nassim Taleb escribió en 2007 su famoso libro El Cisne Negro, donde describe “el impacto de lo altamente improbable”.  Dicen que Argentina es ese país donde todos los días pasa algo, pero al cabo de  20 años nada termina cambiando. Hace una década, la escena política de la Argentina estaba dominada por dos figuras: Cristina Kirchner y Mauricio Macri. No es el macrismo, pero tampoco es el kirchnerismo.

Prueba de esto es que tenemos un presidente que habla casi todos los días, pero más allá de generar memes, sus declaraciones no marcan agenda. Por su parte, las palomas y los halcones de Juntos por el Cambio, tienen horas y horas en televisión, pero cuando habla Macri, todos se paralizan. ¿Por qué? Ambos ex presidentes tienen imágenes negativas altísimas y han perdido capital político, pero son ellos quienes siguen ordenando cada uno de sus espacios, esa es la simple y tal vez dura respuesta. 

El margen para la renovación es mínimo, puesto que las últimas elecciones nos volvieron a mostrar que el 80% del electorado se divide entre estas dos opciones. Y eso que ninguno de los dos participó electoralmente en la última elección legislativa. 

Desde el oficialismo dicen que quieren “subir” al ring a Macri porque le ganan. Lo mismo te dicen en la oposición, pero al revés, la quieren subir a Cristina. En opinión de quién escribe, hay solo tres personas capaces de convocar de manera real y espontánea a una cantidad importante de personas. Y la novedad es que uno de esos tres mide cada vez mejor, tanto en la primera sección electoral del conurbano, como en la tercera (la más difícil de penetrar).

El Cisne Negro

Aquí es donde entra el querido Taleb. Si existiese la máquina del tiempo, y nos vamos a enero de este año, ni siquiera al 2021, jamás habría escrito “Dos soles y un cisne negro”. Habría escrito simplemente: “Dos soles”. Nunca preví, y no me atrevo a decir nadie, pero creo que muy pocos, previeron la irrupción de Javier Milei.

Pasó de no querer participar en política, a ser candidato a diputado, ingresar y establecerse. Pero, en esa elección, la izquierda trotskista se “consolidó” como tercera fuerza nacional. Las encuestas que rondan no son de intención de voto y tampoco han sido lo más certeras, pero si vemos la foto actual es la personalidad política con mejor imagen positiva, que mejor interpela el hartazgo de la sociedad con nuestra clase política .

Su apertura a estructurar una fuerza política nacional, su acercamiento discursivo a Mauricio Macri y Patricia Bullrich, sin dejar de repetir la palabra “casta”, logró acercar posiciones entre jóvenes y no tan jóvenes.

“Cada vez es menos el efecto catalizador de Javier y cada vez son más sus ideas” nos decía un colaborador directo de Milei, sobre su crecimiento, y está confiado en que “como mínimo” en el 2023 Avanza Libertad será la tercera fuerza política nacional. 

¿De quién son los votos de Milei?

Otra prueba de esto es que no queda claro a quién “le saca votos” (los votos son de los electores). Desde este punto de vista, el kirchnerismo es el más afectado, en contra de la opinión de la mayoría de los analistas políticos. Puesto que la penetración de Milei en la tercera sección electoral es un trabajo que Juntos por el Cambio nunca pudo terminar de lograr, aun cuando María Eugenia Vidal fue electa gobernadora. 

En cambio, en la Primera Sección y en el interior de la provincia Juntos por el Cambio está consolidado y es donde mejor imagen tienen sus referentes, a pesar de que allí también el nuevo rockstar de la política logra hacer mella.

El efecto Casero

Alfredo Casero y su golpe en la mesa también fue sin quererlo un impulso para Milei. A pesar de que en un principio la corporación periodística  salió a defender a Luis Majul, la paliza en Twitter a favor del cómico hizo que por lo menos desde el discurso, los medios le saquen un poco de centralidad a los dos soles, por lo menos por un ratito.

Algunos halcones de Juntos por el Cambio lo entendieron y dejaron de hablar de candidaturas, pero en general, el arco político sigue en su mundo. Y la gente se siente más cercana a Milei que a ellos.

Traducir todo esto a votos, a un año de las elecciones y en Argentina es una locura. Hay un contexto internacional que impacta directamente en el costo de la canasta básica de millones de bonaerenses y por ende, en las próximas elecciones.

Hay que esperar para ver qué impacto tiene lo que era altamente improbable: que un outsider le dispute la centralidad política a  Macri y a Cristina Kirchner en la última década en Argentina, los últimos protagonistas de una relación pendular entre peronismo y antiperonismo, que ya tiene más de 50 años.

Argentina: la galaxia de dos soles y un cisne negro.