Luego del linchamiento público de Sergio Berni y la reunión de gabinete en PBA el lineamiento fue claro. Hay que dar a entender que al colectivero lo mandaron a matar y luego mandaron a linchar al ministro para desestabilizar al gobierno de Kicillof.
Kicillof, Berni, medios de comunicación todos lanzaron la operación “muerte dudosa”, “Crimen extraño”, “Siempre en la Matanza como en el kiosquero”. El gobernador llegó a decir con el Gato Silvestre que “Bullrich había hablado de los colectiveros”, como “Millman de Cristina”. De esa misma manera, el periodista conectó el crimen del kiosquero de Ramos que conmocionó al país, con la campaña del 2021. ¿Por qué será que los crímenes pasan en la Matanza? Para derrocar a Axel seguramente, no debe tener nada que ver que es uno de los partidos más inseguros del país.
Modus operandi de campaña
Lo peligroso, es que con el cadáver todavía caliente, el oficialismo sale a hacer campaña acusando a la oposición, o mejor dicho, sembrando la sospecha que mandan a matar gente para hacer campaña, para, como diría Berni, tirarles un muerto. Pero no se quedan ahí, si no que se quejan de la forma de hacer campaña de la oposición.
Para simplificar un poco este enmarañado de palabras. Es como acusar a alguien de asesino y ofenderte porque esa persona que vos trataste de homicida te diga algo que no te gusta. ¿Qué puede ser peor que acusar a alguien de mandar a matar a un trabajador para hacer campaña política?
Por otro lado, hay muertes dudosas que debería investigar C5N y Página 12. Mucho más dudosa que la del colectivero o la del kiosquero. Pero parece que hay vidas que valen más que otras. Como la de Berni, que vale más que la de los tres policías de la Ciudad y los periodistas que paradójicamente, le salvaron la suya.