Una patota agredió a un chico mientras esperaba a recibir su pedido en la puerta de un kiosco.
Un joven fue agredido sin razón el pasado viernes 15 de abril a alrededor de las 6.30 de la mañana, en la puerta de un kiosco en San Justo, por un grupo de tres hombres y tres mujeres.
EL HECHO
“Un chico se ve que viene de bailar con una amiga o pareja, se acerca al kiosco a pedir dos panchos y en esos minutos que se quedan esperando en la puerta del local, se acerca una bandita” y “lo empiezan a verduguear”, explicó el dueño del comercio.
“Le miden las zapatillas, dicen cosas, hablan entre ellos, le prenden fuego la campera y, por último, uno de los chicos le mete un cachetazo desde atrás y le sacan la gorra”, continuó y agregó: “después de eso, volvieron otra vez para correrlos y ellos se tuvieron que ir para el lado del metrobús a tomar el colectivo”.
Tras el hecho, el dueño se comunicó con la familia del chico quienes hicieron la denuncia correspondiente por lo que ahora el material de las cámaras de seguridad e información del hecho ya esta a disposición de la Policía.
Por su parte, el local repudió el hecho a treves de sus redes y alcanzaron una gran difusión.
A su vez, contó que, si bien la empleada “se asustó mucho y no supo como reaccionar”, el kiosco cuenta con cámaras de seguridad con audio y una alarma sobre lo que comentó “un principio pensaba, antes de abrir el kiosco, hacerlo al aire libre osea permitir que la gente pase hasta que me di cuenta que por la zona no se puede”.
“Uno como comerciante, como dueño de negocio, quiere lo mejor para sus clientes para que, justamente, sigan viniendo. Yo vivo de esto, de los clientes que me vienen a comprar, si siguen pasando estas cosas la gente no va a querer venir”, expresó sobre la inseguridad que se vive fuertemente en el Conurbano bonaerense.
“Es algo que más afecta mucho y eso es lo que a uno le pone triste. Yo lo único que quiero es trabajar tranquilo, que trabajemos tranquilos y que la gente pueda venir, esté tranquila al comprar sus cosas y se vaya la mejor manera su casa, nada más, es lo único; es muy simple algo que debería ser normal”, concluyó.
