Los llamó crimen organizado y en otra situación como mafia. Además, dijo que no le temblará el pulso ante los últimos hechos de los últimos días. Además, dejó en claro que esto se conformó durante muchos años.

Alberto Fernández habló seis minutos en un video grabado para hablar de Rosario. No mencionó la palabra narcotráfico y se encargó de repetir dos o tres veces que “el crimen organizado lleva mucho tiempo en armarse”.  Un recurso discursivo para deslindarse de responsabilidades cuando en realidad solo le achaca más, porque según esta hipótesis cuando él llegó al poder la situación era más controlable que ahora, y el recién empieza a tomar “decisiones contundentes ahora”.

Medidas contundentes

Las medidas que el presidente dijo para decirle a los miembros del “crimen organizado” que no le va temblar el pulso son enviar más fuerzas federales, poner una delegación de la UIF para controlar el lavado de activos y que el ejército participe en la urbanización de los “barrios populares”.

Todo esto hubiese tenido sentido hace 3 años. Acordarse de esto como un aprovechamiento político es una muestra cabal del cinismo. No dice la palabra narcotráfico. ¿Por qué no la dice? Por lo menos se acordó que Rosario queda en Argentina, país que conduce (o no) hace más de tres años.