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Amar en tiempos de grieta

marzo 20, 20237 min read

La antítesis de una primera cita es en la casa de ella, teniendo sexo casi sin decirse hola, con un calambre en el glúteo de él y, luego de terminar, debatir sobre las elecciones en los Estados Unidos. Los locos años 20’ de posguerra se repetían con la salida de la pandemia por Covid-19. Mucho sexo virtual, muchos zoompleaños, poco contacto físico, muchas parejas separadas, muchas vidas perdidas. En ese marco se encontraron dos cuerpos que encastran como piezas de un rompecabezas diseñado por el mejor arquitecto del mundo.

La celeridad de los acontecimientos los encegueció y los metió en “una rotonda” según palabras de ella. Amor del más puro se podía encontrar cuando ellos dos estaban juntos.

No hacían otra cosa más que pasar tiempo juntos, cuando estaban juntos. Que era poco tiempo. O por lo menos no el suficiente.

Dí lo que puedo y lo que necesito
Ni me acuerdo de lo que perdimos
El recuerdo también se perdió

Dice Mocchi, en una canción que le escribió a una pareja muy parecida a la de ellos. Los reproches, quejas, decepciones y frustraciones también estaban a la orden del día. Porque cuando se quiere de esa manera, todo duele o lastima mucho más.

Di lo que puedo y lo que necesito, dice Mocchi; y eso le decía él, pero ella necesitaba que el simplemente haga un esfuercito más. Como esa corrida al colectivo, al micro, subte o tren cuando se está yendo. Pero él pensaba que, si lo querían, lo iban a querer como él quería. Pero que pelotudo. Atarse los huevos con una morsa tiene más sentido que semejante pelotudés.

Cuando se dio cuenta que el amor es libre pero responsable, “el tren paso dos veces, te toco bocina y te palmeó en el hombro, negro”. Palabras que le dolieron, pero que lo convencieron de lo equivocado que estuvo.

Ví qué hay historias que no tienen tiempo
Que los sueños se van con el viento
Que no todo se puede vivir

Acá Mocchi se pone un poco melancólica, pero tiene razón. Las historias como la de ellos no tienen tiempo, no tienen principio y sospecho que no tienen un fin, porque ella es mejor persona desde que lo conoció y él cambió la cubeta de hielo por un corazón lleno de amor por ella en este momento, pero que recuperó la capacidad de llorar, reír, amar, sentir, y ponerlo por delante de otras cosas.

Los sueños se van con el viento y no todo se puede vivir. Porque lo que hasta antes era un problema latente, ahora se volvió una barrera. ¿Se acuerdan que esto empezó con un calambre de glúteos y las elecciones de EEUU? Claramente, estamos hablando de dos personas que la política los atraviesa. Y ahora en Argentina está de moda de vuelta hablar de la grieta. Están los que la quieren cerrar, y los que no. Están los de un lado y los del otro. Ellos estaban de distintos lados, pero cerquita.

Hay, primaveras que nunca vivimos
cuatro porros y un vaso de vino
Ver la luna esperándote a vos

En un momento ella salió de la rotonda. Y así pasaron meses sin verse. Hasta esa noche, donde se abrazaron, se besaron, se sintieron y se despidieron. Pero en todos esos meses, la grieta caló profundo en el país, en la gente y en ellos. Y la historia de amor se vio trunca, por el pasado, por la rotonda, por la política, y por lo que sienta ella, porque yo soy él y se lo que siente, pero no lo que ella está pasando.

Solo puedo criticarle a Mocchi que como mucho puedo fumar un porro y no me gusta el vino, pero la estrofa encaja perfecta igual. Él capaz no mira la luna, pero la espera. Ella ya no espera que se cumpla alguna promesa de las tantas propuestas para hacer un viaje juntos.

Si existiera la chance de volver el tiempo para atrás, estoy seguro que él no la tomaría, porque más que no tenerla, le dolería volver a ser el que no pudo darle lo que ella necesitó. Cuando ella entregó todo lo que tuvo, con errores, con egoísmos, pero lo dio todo.

No le creo, sin embargo, cuando ella dice que ellos no se pueden hacer bien. Porque más allá de todo lo que se escribió hasta ahora, la literatura, el cine, las series, nuestras maestras, nuestra familia, nuestros amigos y nuestros amores nos enseñan que no hay sentimiento, ni fuerza, ni pasión que sea más grande que el amor. ¿Y el amor puede con todo y basta para eso? No, ni puede con todo, ni basta con solo eso. Pero vivimos en una época donde amar está demodé.

El mundo evolucionó, ya no está bien visto, por lo menos a primer golpe de vista, el modelo de familia donde el padre manda, la mujer obedece y los hijos son hostigados. Pero pasamos a un extremo, donde se cambia de pareja como de celular. Donde los problemas no se solucionan. Donde las cosas se terminan sin poner un poco de esfuerzo.

Y para ir cerrando el texto más cursi del mundo, hay que aclarar que a su modo ellos la lucharon, pero no les resultó. Ella está firme y él espera el milagro. ¿Y por qué pasó todo esto? “Porque dos que se aman, se dicen cualquier cosa y un corazón no se endurece porque sí”.

Alejandro Cabrera
Alejandro Cabrera

Director de newsba.com.ar Asesor en comunicación y marketing empresarial y política. Twitter: @cabreramiglioni

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Alejandro Cabrera

Director de newsba.com.ar Asesor en comunicación y marketing empresarial y política. Twitter: @cabreramiglioni

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