Un robo terminó de manera insólita con el delincuente despidiéndose con un beso en la mejilla de la empleada.
Un delincuente ingresó a una pescadería en Quilmes, el martes por la noche, haciéndose pasar por un cliente para luego robar un celular y la caja registradora, tras lo que se despidió de la empleada con un beso en la mejilla.
El hecho quedó registrado por las cámaras de seguridad del local en las que se ve como la empleada estaba sola y le respondía al delincuente un precio que había consultado, tras lo que confiesa que era un robo y que le de todo.
“Es un robo. Pasame la plata, dale, dale, dale, dale. Todo mamá, todo, todo, todo, todo. Me están esperando”, la apuró el ladrón y cuando ya tenía el dinero le dijo “Bueno, dame un beso”, lo que sirvió para indicar que posiblemente se conocían desde antes.
“¿Por qué lo haces?”, le preguntó la comerciante a lo que el hombre respondió “porque lo necesito, ma” para darse vuelta y retirarse mientras le decía que se quede tranquila.