Las elecciones primarias en Argentina dejaron a todos los encuestadores y periodistas patas para arriba. En primer lugar, queda claro que la volatilidad del electorado es muy amplia. Lo que hace dos años era un hecho que había dos principales fuerzas políticas, hoy son tres. En segundo lugar, una certeza, el kirchnerismo pende de un hilo, aproximadamente 300 mil votos separan al gobernador Axel Kicillof de sus perseguidores de Juntos por el Cambio. Si no los amplía o no los sostiene, el kirchnerismo habrá perdido todo, a priori. Porque incluso, perdieron la provincia donde nació dicha fuerza Santa Cruz.

Javier Milei que esperaba llegar al 20 por ciento de los votos, superó el 30 y quedó primero. A las ex dos principales fuerzas políticas del país los separa un punto, y están a dos y tres puntos de La Libertad Avanza respectivamente. Si en dos años cambió tanto, en dos meses cualquiera puede entrar al ballotage, si es que hay.

El electorado

Cada vez menos fuerza tiene el aparato en las elecciones. Esta elección demostró que la gente vota lo que quiere. Pero no parece mantener una racionalidad en su voto, ni siquiera por tradición partidaria. Este hecho se basa en que el peronismo realizó la peor elección de su historia arañando un 27% sumando a sus dos candidatos.

En definitiva, es una incógnita muy grande que puede pasar en octubre. Pero están planteados los hechos. El kirchnerismo perdió en Santa Cruz. Si no gana la provincia, que a pesar de ganar las PASO no las tiene ganada, solo quedará su refugio en La Matanza y en las Intendencias que le quedan. Y por último espera el milagro de llegar al ballotage, que, de llegar, seguramente lo perdería.

La grieta

¿Se reconfigura la grieta? ¿El bullrichismo y el mileismo se pueden acercar? De no ser así, gane quien gane, la gobernabilidad del país será complicadísima, ya que el Senado y la Cámara de Diputados va quedar muy dividida. El larretismo que tanto planteó el diálogo y el consenso ¿Militará a Bullrich? Y la pregunta final es si el kirchnerismo llegó a su fin y estamos ante el advenimiento de una nueva expresión del peronismo.

Argentina es un país que era celeste en 2019, amarillo en 2021, y violeta en las PASO del 2023. No sabemos cómo será en octubre.

La Provincias y los extremos

Los comicios anteriores a las PASO, o sea, las elecciones provinciales, daban un  muy mal panorama para Milei. Bussi, Martín Menem como sus principales fracasos, y la incógnita del Dippy, que muchos se preguntaban si seguía en campaña y terminó saliendo segundo en La Matanza. O sea, queda claro que las elecciones locales, ya no tienen que ver con la nacional. Otro dato más para analizar al electorado. 

Para finalizar, entre Juan Grabois y Javier Milei superaron entre los dos el 35%. Más de ocho millones de personas votaron a lo más extremo de las elecciones. Comprobando que los extremos, a pesar de lo que diga gran parte de los medios de comunicación, la moderación, en este país y en este mundo no vende. Si sumamos a Patricia en un extremo, superaríamos el 50% de los votos.