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¿Cómo pensar la provincia en el verdadero inicio del Siglo XXI?

junio 20, 202219 min read

En un mundo que cambió definitivamente luego de la pandemia y con un conflicto bélico a gran escala entramos directamente al siglo XXI. ¿Estamos en condiciones de sobrevivir la transición?

Eric Hobsbawm marca como inicio del siglo XX al 1914 hasta el derrumbe del muro de Berlín. Tal vez podemos ser un poco atrevidos y marcar una época de transición entre esa época y la invasión de Rusia a Ucrania (sumamos la pandemia, el derrumbe de las criptomonedas y la aceleración de la IA). Mientras, en Argentina seguimos debatiendo temas que van incluso atrás de ese período de transición. Controles de precios, sindicatos controlando supermercados y atrasos en la construcción democrática.

Sostenido en un estado vetusto nuestro sector público mueve las riendas de la sociedad civil en contratiempo con la velocidad que el sector privado y, sobre todo, con lo que el mundo demanda.

La sequía como los distintos booms que han tenido la soja, nos muestran que la suerte de nuestro destino económico nos demuestra que le damos demasiado valor a las victorias y no prevemos las cuestiones que no están dentro de nuestro poder. Esto puede ser ciclos económicos, cuestiones climáticas y geopolíticas.

De este modo nos encontramos con un país con riquezas de todo tipo. No solo por el valor estratégico histórico que ha tenido el campo, si no por distintos recursos que tiene nuestra tierra que pueden ser factores claves para nuestro futuro económico. El hecho de no tener listo el gasoducto que nos hizo perder millones y millones de dólares, no solo por el déficit energético que trajo este actual gobierno, si no por la posibilidad de exportar.

Esto lleva a la segunda etapa de cualquier desarrollo económico. La industria también está cambiando y con ello debería cambiar la educación que le damos a nuestros niños para el mundo venidero. Las aptitudes llamadas blandas serán las más valiosas. Obviamente la transmisión de contenidos debe ser un foco, pero nuestros jóvenes necesitan aprender a aprender y aprehender.

Segunda etapa

Estos planteos forman parte de una segunda etapa de reformas políticas y culturales que nuestro país debería llegar a cabo. Esto significa otro retraso en la aplicación de la tecnología en la administración pública, pero de nada serviría tener Municipios y Provincias automatizadas si la mitad de nuestros chicos son pobres y todavía nos debatimos entre ser parte del mundo occidental o entrar en el régimen Castro-chavista nos lleva a poner en manos de nuestros funcionarios y ciudadanía a primero sentar las bases. Pero eso es para otra columna.

La posibilidad de llevar la automatización industrial y administrativa a nuestro sector público nos permitirá tener servicios públicos de primer nivel a un costo mucho menor, y sobre todo a la emancipación que nuestros ciudadanos merecen. Obviamente esta es una discusión clásica entre optimistas y pesimistas sobre el impacto de la inteligencia artificial. Pero es innegable que contamos que contamos con una herramienta invaluable para que el “empleo” sea un factor de realización real para las personas y no un simple hecho de subsistencia. Lo mismo corre para los empleados estatales.

En el Estado

Si lo pensamos del escalafón más alto al más bajo es muy difícil que logremos un cambio, ya que son tantas las estratificaciones que dividen el sector público, entre empresas, instituciones, ministerios, gobernaciones, municipios, etc. es impracticable pensar que el algún momento el impacto va llegar a los sectores más “bajos”, que son los más cercanos a la ciudadanía. En este caso son los municipios, que, en nuestro caso, son pequeñas provincias en sí mismo.

En una provincia tan grande como la de Buenos Aires o Córdoba que tienen una capital donde se centran los negocios y un interior rural, sería factible con un golpe de mirada la situación de cada lugar. De esa manera la decisión de distribución de los recursos se podría optimizar de manera mucho más eficiente. De hecho las llamadas “fugas” se las podría identificar de manera muy rápida.

Resistencia al cambio y miedo al futuro

Históricamente el ser humano se resistió al cambio. Ese miedo radica en que las nuevas tecnologías reemplacen la mano de obra humana dejando a miles de trabajadores públicos en la calle.

Sin embargo, a lo largo de la historia el futuro siempre se terminó imponiendo, (cuando se creó la escritura los viejos sabios pensaban que producto de ella se perdería la memoria) justamente porque la tecnología no reemplaza al hombre si no que le hace la vida más fácil con sus innovaciones, y la verdadera emancipación del trabajador llega cuando dejan de hacer tareas aburridas, repetitivas, que van destruyendo el espíritu y la van alejando de la idea de que su trabajo es un eslabón importante la vida social. Desde la recepción al municipio hasta el intendente, todos los funcionarios públicos sean empleadas o electos por el puesto, tienen un impacto directo en la vida de los vecinos de la comunidad.

Entonces nos llega la segunda traba. La situación económica y el distinto financiamiento por municipio. Algunos distritos podrán invertir en tecnología y otros no. Pero ese no es un punto a favor de los que prefieren quedarse en la comodidad de la burocracia tradicional. En un principio no es necesario invertir (dinero) de manera directa. Es un cambio de mentalidad más que de inyección económica, que seguramente consecuencia de una modernización llegará.

Por eso, este cambio es factible iniciarlo desde los barrios, municipios y luego llevarlo a las provincias. Por ejemplo, utilizar relevamientos de ciencia de datos para detectar en qué barrios populares los narcotraficantes van tomando terreno (antes punteros) y focalizar ahí sí, una presencia estatal fuerte y poder salvar de ese flagelo, ya sea ser soldaditos o consumidores que los lleva a una vida con un destino muy triste.

Municipios 5G

En primer lugar, los distritos tienen al alcance de la mano posibilidades que ni las naciones más poderosas de la década del 70 tenían. A un muy bajo costo se puede lograr un diagnóstico muy certero de la realidad del funcionamiento del estado, su llegada, impacto y satisfacción de los equipos. Un empleado que sienta que le brinda un servicio a su comodidad será mucho más valioso que alguien que está porque sabe que entra y nunca más se va. Esto se puede hacer imitando cualquier modelo empresarial. Eso nos lleva al siguiente punto. Dejar de ver al empresariado como un enemigo de la sociedad civil, si no que estratégicamente aquel sector tiene que ser parte. Así como podemos aprender del sector empresarial en la gestión municipal, podemos, en un intercambio valioso generar una clase emprendedora y empresarial con “conciencia municipal” y con ayuda mutua hacer más eficiente cada sector.

El otro punto importante es la implementación del Gobierno Abierto, para empoderar a los ciudadanos y la sociedad civil. Periodistas, vecinos, empresas van sumarse al Honorable Concejo Deliberante en la tarea de control que este debe ejercer sobre el poder ejecutivo como así también mejorará su tarea de legislación. Hoy el HCD es una mera generadora de herramientas a medida del poder ejecutivo.

¿Cómo se puede hacer esto? Muchas son las formas, depende de muchas cosas, pero en todos los casos se comienza con el diagnóstico. Posteriormente a eso el trabajo más fuerte es el de generar conciencia a la política, pública, privada, empresarial, en fin, a cada eslabón de la sociedad, de que o nos lanzamos de lleno al siglo XXI o quedamos atrapados en el pasado. Muchos podrían decir que en un país con un 80% de los trabajadores que están en blanco y no llegan a la canasta básica, con más de un millón de planes sociales, con una inflación galopante, y una pobreza infantil que es más del 50%, pensar en esto es, como dirían los chicos, es “estar en un cumple”. A quienes digan eso, se les puede decir que parte de la solución a esos problemas comienza desde aquí y este es un valioso aporte que puede hacer el sector municipal y las provincias a tener un país menos pobre y con mayor previsibilidad.

Hoy en día con un teléfono se tiene mucha más información que cualquier biblioteca del siglo pasado. Se pueden aprender oficios tradicionales como los del futuro. Se pueden crear emprendimientos a costo cero. Un estado que apoye y acompañe esta transformación, nos puede llevar a un país competitivo a la par de cualquier potencia. Sostenido en un estado vetusto nuestro sector público mueve las riendas de la sociedad civil en contratiempo con la velocidad que el sector privado y, sobre todo, el mundo demanda.

Si lo pensamos del escalafón más alto al más bajo es muy difícil que logremos un cambio, ya que son tantas las estrátificaciones que dividen el sector público, entre empresas, instituciones, ministerios, gobernaciones, municipios, etc. es impracticable pensar que el algún momento el impacto va llegar a los sectores más “bajos” en escalafón, que son  los más cercanos a la ciudadanía. En este caso son los municipios, que en nuestro caso, son pequeñas provincias en sí mismo.

Resistencia al cambio y miedo al futuro

Históricamente el ser humano se resistió al cambio. Ese miedo radica en que las nuevas tecnologías reemplacen la mano de obra humana dejando a miles de trabajadores públicos en la calle.

Sin embargo, a lo largo de la historia el futuro siempre se terminó imponiendo, justamente porque la tecnología no reemplaza al hombre si no que le hace la vida un poco más fácil con sus innovaciones, y la verdadera emancipación del trabajador llega cuando dejan de hacer tareas aburridas, repetitivas, que van destruyendo el espíritu y la van alejando de la idea de que su trabajo es un eslabón importante la vida social. Desde la recepción al municipio hasta el intendente, todos los funcionarios públicos sean empleadas o electos por el puesto, tienen un impacto directo en la vida de los vecinos de la comunidad.

Entonces nos llega la segunda traba. La situación económica y el distinto financiamiento por municipio. Algunos distritos podrán invertir en tecnología y otros no. Pero ese no es un punto a favor de los que prefieren quedarse en la comodidad de la burocracia tradicional. En un principio no es necesario invertir (dinero) de manera directa. Es un cambio de mentalidad más que de inyección económica, que seguramente consecuencia de una modernización llegará.

Municipios 5G

En primer lugar los distritos tienen al alcance de la mano posibilidades que ni las naciones más poderosas de la década del 70 tenían. A un muy bajo costo se puede lograr un diagnostico muy certero de la realidad del funcionamiento del estado, su llegada, impacto y satifacción de los equipos. Esto se puede hacer imitando cualquier modelo empresarial. Eso nos lleva al siguiente punto. Dejar de ver al empresariado como un enemigo de la sociedad civil, si no que estratégicamente aquel sector tiene que ser parte. Así como podemos aprender del sector empresarial en la gestión municipal, podemos, en un intercambio valioso generar una clase emprendedora y empresarial con “conciencia municipal” y con ayuda mutua hacer más eficiente cada sector.

El otro punto importante es la implementación del Gobierno Abierto, para empoderar a los ciudadanos y la sociedad civil. Periodistas, vecinos, empresas van sumarse al Honorable Concejo Deliberante en la tarea de control que este debe ejercer sobre el poder ejecutivo como así también mejorará su tarea de legislación. Hoy el HCD es una mera generadora de herramientas a medida del poder ejecutivo.

¿Cómo se puede hacer esto? Muchas son las formas, depende de muchas cosas, pero en todos los casos se comienza con el diagnóstico. Posteriormente a eso el trabajo más fuerte es el de generar conciencia a la clase política, pública, privada, empresarial, en fin, a cada eslabón de la sociedad, de que o nos lanzamos de lleno al siglo XXI o quedamos atrapados en el pasado. Muchos podrían decir que en un país con un 80% de trabajadores en blanco que no llegan a la canasta básica, con más de un millón de planes sociales, con una inflación galopante, y una pobreza infantil que es más del 50%, pensar en esto es, como dirían los chicos, “estar en un cumple”. A quienes digan eso, se les puede decir que parte de la solución a esos problemas comienza desde aquí y este es un valioso aporte que puede hacer el sector municipal y las provincias a tener un país menos pobre y con mayor previsibilidad.

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