La reforma judicial que había desencadenado una protesta de más de 700 mil personas y un paro nacional que afectó hasta el aeropuerto de Ben Gurión, fue pospuesta a la próxima sesión parlamentaria.
Por ello, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, había enfrentado una de las peores crisis al frente de su gobierno en Israel, por lo que decidió poner un freno para invocar al diálogo y aligerar las fuertes tensiones sociales, múltiples y multitudinarias protestas, y el paro nacional.
Yoav Galant y la reforma judicial
¿Por qué? Está sucediendo todo esto en un estado creado en 1947, territorio de inestabilidad geopolítica. Una polémica que da vueltas al mundo: Una reforma judicial. El hecho que desató la ira del pueblo fue la destitución del ministro de Defensa, Yoav Galant, quien había pedido a Netanyahu que desistiera en la reforma.
De esta manera no solo las protestas se centraron en la reforma judicial, sino que también en lo que se consideró una lesión a la seguridad nacional, un tema muy sensible en el pueblo israelita.
La reforma judicial es atacada, en primer lugar, porque otorgaría más poder al gobierno por sobre la Justicia. Además, muchos de quienes la impulsan, incluido el primer mandatario están acusados de corrupción. Parte del oficialismo rechaza gran parte de la reforma lo cuál es además, un problema político para el gobierno.
El primer ministro está contra la espada y la pared. Si avanza se choca con las protestas, los rivales políticos, agudiza la crisis institucional y la conflictividad social. Por otro lado, si desiste de impulsar la reforma muchos analistas indican que sería un golpe muy duro para la fortaleza de Netanyahu y su gobierno. A tal punto que podría significar la caída del mismo.
Como sea, las próximas horas serán muy importantes en el futuro de una de las zonas más álgidas y calientes en materia de geopolítica. Paro, protestas y reforma judicial. Un combo explosivo sin dudas.
Pausa en la reforma
Finalmente, el mandatario decidió frenar la reforma para detener las protestas masivas,
consciente de las tensiones en la sociedad y la voluntad de
resolverlas; y la aplazó a la próxima sesión parlamentaria que se
llevará a cabo luego de Pascua, del 5 al 13 de abril.
“No debe
haber una guerra civil”, dijo al diario Times of Israel reiterando su pedido al diálogo en
torno a la reforma, con el apoyo de sus colegas para posponerla, aunque es
muy probable que termine siendo aprobada de todas formas.
