El deporte es un evento cultural que moviliza masas todos los días alrededor del mundo. Además, es en muchos casos, escuela de trabajo en equipo. Por eso la selección de básquet del 2004 y de fútbol del 2022 tiene varias cosas para enseñarnos.
A la suerte hay que ayudarla, dice una verdad de Perogrullo, pero cada día que pasa en el mundo, lo vamos olvidando. Nos vamos convenciendo de nuestras virtudes y nos damos mucho más crédito del que merecemos cuando las cosas nos salen bien. Ahora bien, en el caso del deporte varía según la disciplina.
El fútbol se puede trabajar, se puede madurar, se pueden conjugar talento con táctica y con un poco de suerte, tal vez, se pueda salir campeón sin ser los mejores. El caso de la “Scaloneta” es prueba de esto. Quizá los jugadores de la selección no eran titulares en sus equipos o los mejores en cada puesto. Pero con una organización, trabajo, esfuerzo y convencimiento de equipo, lograron superar todos los escollos hasta llegar al máximo galardón.
La generación dorada fue fruto del trabajo y el esfuerzo, pero también de suerte. Si uno analiza la lista de los mejores 15 jugadores de la historia del deporte en Argentina, por lo menos 12 conformaron esa generación y encima, ocupando posiciones diferentes adentro de la cancha.
Kahneman y Taleb
Si hacemos un juego muy pero muy por arriba y nos animas a simplificar y unir el pensamiento de Nassim Taleb y Daniel Kahneman, podríamos decir que la vida es un juego de azar donde le prestamos demasiado atención a nuestro mérito en nuestros logros y no tenemos en cuenta las variantes que tuvieron que suceder para que las cosas sucedan. A su vez, nuestro cerebro es víctima de un error, al que llamaremos sesgo, y que nos lleva a pensar erróneamente producto de la cultura en la que vivimos.
Algo para ejemplificar esto es la idea que tenía Vladimir Putin de “congelar Europa”. Esto lo iba a hacer quitándole la provisión de gas a aquellos países que apoyaron a Ucrania en la guerra. Sin embargo, las condiciones climáticas más una política de austeridad en el uso de la energía hicieron que dichos países no dependan del gas ruso.
Teniendo en cuenta todo esto analicemos la situación argentina. En buena medida las posibilidades electorales del peronismo se juegan en que la bomba económica que se viene aguantando y que es explicada en miles y miles de columnas, a pesar de que el gobierno insista en que argentina está creciendo, y en que algunos gurúes de la economía digan que el mal ciclo ya termina y comienza el bueno (evitando hablar del estallido que hay en el medio), estalle después de las elecciones.
Recordemos que en el 2011 el cepo se puso después de la victoria electoral de Cristina Fernández de Kirchner. El peronismo tiene una vocación de poder que va más allá de lo racional. Necesita ganar, después ve. Para eso el ministro de Economía que es abogado, está haciendo malabares para quedar bien con su espacio político, jugando al juego del juicio político, y aguantando el estallido.
Tanto aguantan el estallido que mandaron a los camioneros a controlar precios como una medida para “ayudar al compañero Tombolini”. Es real, está filmado. En gran parte la economía argentina y la de cualquier gobierno, no depende de lo que haga su equipo económico, sino del contexto internacional y del papel que el país cumple en ese contexto.
SEQUÍA Y GAS
En la situación de guerra en Europa, de recesión mundial según el FMI, Argentina tiene la posibilidad de volver a ser el granero del mundo. No solo por eso, si no por la revolución tecnológica y una no tan futura escases de agua potable en el mundo.
El sesgo, pensar que el país solo puede marcarse en el contexto internacional como productor de materias primas producto de su tan soñada geografía. La suerte, todas las riquezas naturales que tienen este suelo, la improvisación, no tener listo un gasoducto para cuando la región y el mundo lo necesitaba, el Cisne Negro, la sequía podría hacerle perder a Argentina 13 mil millones de dólares con los que podría arreglar gran parte de sus problemas. O por lo menos calmar las aguas, hasta que esté el gasoducto y una política que permita generar nuevas industrias a partir de las divisas aportadas por las materias primas.
Stand By
Mientras en argentina se debate el juicio de Fernando y el juicio a la corte, el país está paralizado y seguramente lo siga estando hasta las elecciones. Se festeja que no se llegó a un 100% de inflación (Fue de 95%) y se vive un enero sofocante en todo sentido.
Candidatos sobran, pero ideas faltan. Nadie querría agarrar en su sano juicio, con una cultura como la nuestra el papá caliente antes de que estalle. Después del estallido toda limpiar y empezar de vuelta. Ese es el escenario ideal para cualquier gobierno venidero.
Entonces, los ciudadanos de nuestro país, tan proclives a esperar la salvación de un mesías, tiene un dilema trascendental. Siguen exigiéndole a los jugadores de fútbol que sean los mejores o por el contrario le piden a los políticos que mínimamente dejen de lado sus mezquindades personales y aprovechen las ventajas que el mundo y la suerte, le dieron a nuestro país.
