El nuevo cambio de gabinete es la muestra cabal de la falta de rumbo del gobierno. Pero Argentina vive otra realidad alejada de la cosmovisión de los políticos. Pobreza, indigencia, inflación y narcotráfico.

La impresionante actuación de Andrés Parra en el Patrón del Mal generó un fanatismo por el mundo narco nunca antes vista en nuestro país. Eso que parecía lejano y que trajo nuevos modismos dialécticos en los chicos y en los no tanto, era un juego, causaba gracia y no generaba miedo. Ayer, un canal de Rosario dependiente de Telefé, amaneció con un cartel a lo “plata o plomo” del famoso de Medellín.

El oficialismo se dedica a cambiar y cambiar el gabinete, dar anuncio tras anuncio que no cambia nada. La oposición en campaña. La gente sumida en la pobreza, es tierra fértil para que lo que sucede en Rosario se expanda por todo el país, con una rapidez que no se va poder frenar, ni enfrentar.

Las imágenes de un arma en la cabeza de la vicepresidente, la represión en la cancha de gimnasia, las tomas en el sur, el imparable avance de la delincuencia en CABA y en el conurbano, no parecen ser los mejores datos para un país que está al borde de empezar una guerra contra el narcotráfico. Que todo lo que toca lo corrompe. 

No parece haber fuerza política suficiente para detenerlos. Se estigmatiza y se judicializa el consumo, mientras que los que hacen el negocio cuentan con la protección de quienes tienen el poder coercitivo del estado.

Tememos que Argentina se convierta en Venezuela, dicen los opositores. Pero la realidad indica que estamos más cerca de ser México. La diferencia radica principalmente que convertirse en Venezuela, a la larga, termina siendo decisión de los electores o no. La ciudadanía tiene mucho más poder de lo que cree para detenerlo. Ser la Medellín de los 80, es algo que no depende de la ciudadanía y es algo que no estamos capacitados para enfrentar.

Cierto es que en el mundo, y sobre todo, en Argentina, la predicción sobre lo que puede tiene cada vez un márgen de error cada vez más grande. Pero, en este caso, el funcionamiento del narcotráfico en el pasado y en la actualidad tiene un comportamiento y un mecanismo muy similar; arrasa con todo.