El indescifrable electorado argentino y el aparato peronista.
Era muy difícil para los que intentamos hacer análisis económico explicar por qué Sergio Massa había ganado las elecciones generales. Hacer un recuento nuevamente de los problemas que el ¿ministro de Economía? Le generó a nuestro país va a aburrir a los lectores, ya lo saben, destruyó a este país. Sin embargo, nueve millones de personas lo eligieron para ser presidente. Esto es el núcleo duro peronista, tantas veces analizado acá y cada vez más pequeño. Se le puede sumar algo que el aparato peronista de fiscalización, por decirlo amablemente le generaron al voto de Massa.
Lo que sorprende es que, en la Provincia de Buenos Aires, patria de Chocolate Rigau y Yate Insaurralde. En La provincia que están los juzgados donde se armaron las causas de espionaje, en el pago donde más pobreza, inseguridad y problemas de infraestructura tanto educativa, de salud y social, es el lugar donde más votos consigue el peronismo. Cada vez menos. Pero siguen ganando, eso es lo que sorprende. Tienen casi todas las intendencias del conurbano y un segundo período de un gobernador que solamente está para la foto, eso es lo que sorprende. Que mucha gente por miedo de caer en el pozo, se quede chapoteando en el barrio.
Un candidato que se construye en dos años y logra lo que partidos con años y años de historia no lograron, reconfigura sin duda lo que podemos saber sobre las estrategias de campaña.
Ayer no jugó el aparato en los municipios, los intendentes estuvieron un poco perezosos, para qué se iban a gastar. Con Axel como gobernador, y sin un presidente peronista va necesitar más que nunca recostarse en los popes de los distritos. Así que ellos lo van a tener a él comiendo de sus manos.
El aparato peronista por ende está en una encrucijada de las tantas que tuvo en su vida. Y a pesar de “combatir el capital”, esto siempre lo definió el ordenamiento espontaneo de los factores de poder dentro del peronismo. Y hay tantos peronismos como peronistas hay. Cristina nunca dejó de ser la jefa, y se encargó de destruir a los dos que nunca se pudo sacar de la cabeza por haberla “traicionado” en su presidencia. Alberto y el fullero, como diría Milei, AFUERA.
Un candidato que se construye en dos años y logra lo que partidos con años y años de historia no lograron, reconfigura sin duda lo que podemos saber sobre las estrategias de campaña. Argentina tiene su outsider. Su Georgia Meloni, su Bolsonaro o Trump, pero también su Boric y su castillo. ¿Es indemne el electorado argentino, sobre todo el de Palermo Progre a Juan Grabois? Los outsiders son de izquierda y de derecha. Y va a estar esperando estos cuatro años agazapado para ser el nuevo Milei, pero de izquierda. Y en este electorado tan volátil. Nunca digan nunca.
El indescifrable electorado argentino y el aparato peronista.