Belén Silva es Ingeniera Química y emprendedora, durante la pandemia decidió dejar su trabajo y dedicarse a emprender su misión. Concientizar y hacer algo en contra de la contaminación y el cambio climático.
¿Por qué Idonella? “Es la bacteria que come plástico” capaz de sintetizar las enzimas para degradar a un polímero. Según Belén, en sus redes sociales, le puso ese nombre porque: “Quería que sepan lo que me inspiró a elegir este nombre para el blog y transmitir este mensaje para que todos tomemos conciencia de que el cambio que necesita el planeta sí está a nuestro alcance”.En la charla de YouTube que tuvo con NewsBA lo explica mucho mejor que lo que podemos explicarlo en este articulo. O en este post también.
Belén se dedica a su Blog Idonella, a concientizar como ya dijimos y a asesorar a empresas en temas ambientales. Además, creo junto a su socio Martín Almiña Krbon.me un proyecto para aumentar la transparencia de la información disponible en el mercado Latinoamericano sobre huellas de carbono de empresas e instituciones.
Una bacteria que contagia optimismo
Si una bacteria puede convertir el plástico, si una chispa puede desatar un incendio, sí una nota puede destapar todo un entramado de corrupción, una persona, puede desatar una revolución. El método Idonella, según una interpretación libre es de abajo para arriba. De lo particular a lo general. Siempre nos preguntamos, vale la pena generar una acción positiva si vivimos rodeados en una sociedad que hace cosas negativas. Sí. Porque esa negatividad también empezó por uno.
El Método Idonella
Este método entonces es cambiar hábitos de consumo para tocarle el corazón de las empresas, su bolsillo. Y que está bien que así lo sea, una empresa se constituye para ganar plata. Sin embargo, si todos cambiamos hábitos a la larga, o no tan larga la cúpula empresarial y gubernamental va a empezar a cambiar.
No solo hablamos de medio ambiente, hablamos de una generación que quedó en el medio. Que no entra en categorías políticas de izquierda o derecha. Hiper-politizadas pero que no quieren ser fanáticos. Víctimas de la liquidez, más lentos que la generación Z y juzgados por la generación X.
No quieren un trabajo único para toda la vida, pero no paran de trabajar, les aburre hacer siempre lo mismo y tienen caminos distintos para lograr un mismo objetivo: Reconvertir los valores que la sociedad de la cuarta y casi quinta revolución industrial generaron. El método no es anticapitalista, Pero tiene consciencia por sobre la generación de riqueza.
Tampoco entra dentro de la avenida del medio, puede ir por los costados. El método es una forma de ver el mundo, Y sobre todo, una forma de cambiar el mundo.
