El Juez Federal Aníbal Pinedo dijo en Radio Rivadavia que lo
necesario para combatir el narcotráfico que está devastando Rosario habría qué,
primero combatir el consumo para que los narcos tengan menos dinero, y hacer
campañas de prevención de consumo usando figuras públicas de la ciudad. Esto
tiene varios problemas. Veamos.
En primer lugar, lo que plantea el Juez presenta un
desconocimiento del tema que asusta. Esas medidas pueden servir
y mucho para tratar el tema del consumo, que es un fenómeno que va pegado, pero
que es distinto al narcotráfico.
CONSUMO Y NARCOTRÁFICO
El consumo es un tema, asunto, problema o como quieran
llamarlo de Salud Pública. Un tema que lleva a que muchos adictos terminen
delinquiendo para poder consumir. Pero que son a la vez víctimas de una enfermedad
que los controla. Conocido es el caso del cantante y músico Chano que volvió a
ser internado. La lucha de su madre por cambiar la Ley de Salud Mental, que
permita a los familiares tener mayor control sobre sus familiares adictos que
no están en poder de decidir por ellos mismos.
El consumo claramente es alimentado por quienes proveen las
drogas, pero también consumen drogas legales, como ansiolíticos, antipsicóticos,
alcohol, etc. En una relación simplista si el narco no vende droga al pibe del
barrio no tiene plata. Cuestión es, que gran parte de la droga que pasa por el
país se exporta, así como llega de afuera, también se va para afuera. No se
hacen ricos con el narco menudeo. Se hacen ricos adueñándose se los barrios y
robándole al Estado, su principal fuerza que es la exclusividad del uso de la
fuerza como fuerza de poder para mantener el orden en la sociedad.
CRIMEN INTERNACIONAL
El Narcotráfico es un eslabón más del crimen internacional organizado,
que es un estado transnacional totalmente articulado y que en muchos casos va
varios pasos delante de las fuerzas de seguridad. Pero para no irnos a otros
temas, que en otras notas trataremos veamos cómo funcional el negocio de las drogas
en sí.
Es verdad que se instalan en los barrios pobres haciéndose
fuerte con la venta de estupefacientes, pero luego actúan como un verdadero
grupo de poder, como un gobierno de sangre y fuego.
En primer lugar, son los principales prestamistas de los
barrios pobres. Obviamente, esos préstamos terminan generalmente con la muerte
del deudor. Por otro lado, muchas chicas son prostituidas por dosis o directamente
porque el negocio de la trata va ligado a este también nefasto comercio.
Por otro lado, se vuelven fuerzas extorsionadoras en los
negocios de la zona. Ellos protegen a los negocios a cambio de dádivas que
estos tienen que darles. Si no pagan las dadivas, son atacados por los mismos
grupos que “ofrecieron protección”.
Para resumir, se vuelven amos y señores del lugar. Y así
empiezan a ramificarse por el resto del país. ¿Qué pasa? Otros grupos empiezan
a surgir y no logran dividir territorios de control, no solo de venta, si no de
control. Entonces esas disputas territoriales se transforman en sangrientas
batallas entre bandas donde riegan de sangro, dolor y lágrimas todo lo que
tocan.
Otro punto no menor. Tienen tanto dinero a ese momento, que
todo lo que tocan lo corrompen, y lo que no corrompen lo eliminan. En fin, es
un problema mucho más difícil para que simplemente se logre reducir el consumo.
Un breve y simplista ejemplo para que vean los poderosos que
son. Un cartel de Latinoamérica le transporta droga a la mafia en Europa, mafia
que además se descubrió le vende armas de manera ilegal a los gobiernos.
Literalmente, son un estado paralelo, muy poderoso y que viene ganando la
guerra por mucho.