Dialogamos con la diputada nacional Sabrina Ajmechet sobre su reciente libro.

Sabrina Ajmechet es Licenciada en Ciencia Política y Doctora en Historia, es diputada nacional por Juntos por el Cambio y autora del libro que nos encontró en una charla vía zoom; “El Peronismo Menos Pensado” que se aboca al análisis de leyes que modificaron a nuestro país durante los primeros gobiernos de Juan Domingo Perón.

El libro “surgió como una tesis doctoral hace ya varios años”, lo que le llamaba la atención a Ajmechet es buscar por qué “durante los dos primeros gobiernos de Perón, entre 1946 y 1955, hubo tantas reformas que tuvieron impacto en lo electoral, cuando el peronismo ganaba las elecciones fácilmente”. “Esto tenía que ver con las concepciones más generales de Perón sobre la política, sobre cómo concebía la sociedad, cómo concebía su rol como conductor y cómo estaba construyendo la Nueva Argentina”.

EL CIUDADANO EN EL PERONISMO

Principalmente a raíz de la ley del sufragio femenino “no hay solamente una ampliación del sufragio”, “en todo ese proceso lo que hay es una rediscusión sobre cuál es el ciudadano ideal”, afirmó la diputada. O sea, no es un traspaso de derechos, lo que propone la historiadora es que en contraste con el ciudadano de la Ley Sáenz Peña estábamos ante un nuevo arquetipo de ciudadano. 

“En el peronismo lo que nosotros encontramos es que lo que se empieza a valorar, desde el mismo 17 de octubre de 1945, son valores como la lealtad, y claro, la lealtad es todo lo contrario del pensamiento independiente o lo que llamaríamos el pensamiento crítico”. Además, agrega que “no sólo buscaba aumentar el padrón electoral, sino que de cierta manera configuraba a la Argentina como una gran familia con una cabeza paternalista, con una madre, y el pueblo como como hijos de este matrimonio”. De esta forma, se rompe “con una larguísima tradición, que viene desde la revolución francesa” que plantea “que todos los ciudadanos somos iguales; aquí hay ciudadanos que son un poco diferentes”.

En definitiva para la autora este punto no solo buscaba un aumento en el padrón electoral. “Esto tenía que ver con cuál era la concepción que tenía Perón sobre la sociedad” y remarca que esto también se ve muy bien en la reforma electoral. Y en este sentido orgánico, “con base en Santo Tomás de Aquino”, lo que plantea es que “la sociedad es un cuerpo compuesto por diferentes partes, pero no todas las partes tienen la misma importancia (…) el cuerpo no puede sobrevivir sin la cabeza y sin el corazón”. Para Ajmechet “el conductor “representa la cabeza” y necesita a la sociedad ordenada en función al correcto funcionamiento de quien conduce (…) su deseo y el del pueblo son el mismo, esto es interpretación de Perón”.

TERRITORIOS NACIONALES

Un cambio muy importante en la época de Perón fue la redefinición territorial en argentina. Antes nuestro país estaba compuesto por 14 provincias y por la Capital Federal. Las provincias de la Patagonia, más La Pampa, Misiones, Chaco, durante muchísimas décadas fueron territorios nacionales, que son lugares que dependen del poder ejecutivo nacional, que designaba a su gobernador que era un delegado del ejecutivo.

“Era una tutela, el gobierno nacional las gobernaba hasta que estos territorios nacionales alcanzaran una mayoría de edad, que iba a venir cuando tuvieran más desarrollo y más progreso”. Esto fue así hasta que el “peronismo decide provincializarlas en un proceso que empieza en 1951 con La Pampa y Chacho, que dura hasta el 1955 y lo que termina sucediendo es que hay una fuerte interferencia del Gobierno peronista para que a medida que se daba la provincialización, también se peronizaban las instituciones de esas provincias que estaban naciendo. Iba el partido peronista, el partido peronista femenino, se daba mucha formación ciudadana y todo regido bajo las ideas del peronismo”. De esto, se destaca que en estas nuevas juridicciones “votan en mucha mayor medida a Perón que en el resto de las provincias” y eso se deba al “trabajo de construcción simbólica” que se había llevado a cabo en esas provincias.

PARTIDOS POLÍTICOS

“La ley de Perón de es bastante diferente”. Esto lo dijo en base a que nuestro país fue pionera en este tipo de leyes que ahora son bastión del funcionamiento de los partidos en todo el mundo. Si bien fue la primera, para la autora tenía un fin distinto y muy particular al que comúnmente tiene. “Era una ley muy cortita, de 9 artículos que tenían un fin para intervenir sobre la realidad”. “Esa Ley es pensada tanto para ordenar hacia adentro” no permitiendo que se formen fuerzas nuevas sobre todo en el interior del país. “Por otro lado le pone muchos límites a la oposición, por ejemplo el límite de establecer alianzas, si lo querían hacer sí o sí tenían que resignar la posibilidad de participar en las elecciones próximas”.

LA UNIDAD ARGENTINA

En determinado momento de la charla surgió la palabra “unidad” y cómo desde distintos sectores se toma la unión de los argentinos como un valor en sí mismo, por lo cuál le consultamos a la politóloga qué pensaba al respecto: “La sociedad en la que vivimos, super compleja, donde cada uno tiene ideas muy fuertes sobre diferentes cosas, no estamos todos de acuerdo en todo (…) Cuando decimos que los argentinos pensamos tal cosas, en singular, estamos silenciando a un montón de otras voces. (…) nadie defiende los intereses de todos (…) en términos personales y políticos a mí lo que me interesa es la libertad para que todos podamos expresar nuestras ideas, estaría buenísimo que todos estemos de acuerdo, pero ya que no lo estamos lo más sano para la sociedad es poder mostrar esas diferencias y mecanismos para solucionar esas diferencias.

PERONISMO REPUBLICANO 

“Lo que pienso es que la complejidad está dada porque el peronismo va cambiando todo el tiempo (…) Puede haber sectores del peronismo más republicanos, pero no son, sin ninguna duda, los que fueron el 1 de febrero a presionar la corte y los que impulsaron esa presión desde el ejecutivo nacional. Yo hoy en el oficialismo no veo peronismo republicano, pero sí hay otras personas que se identifican con el peronismo y son más tributarias de lo que fue la “Renovación Peronista” (…) que tuvo que ver con la autocrítica de la visión unanimista del peronismo, con la autocrítica de la violencia política de los 70 y que quisieron construir un peronismo republicano”.