Diputado Iglesias: estoy podrida de llamarlo al orden y que no respete nada. Se sienta ahí a insultar y a descalificar. Con insultos, no. Acá debatimos políticas. No insultamos ni descalificamos a un funcionario que tiene legitimidad para hacer lo que está haciendo, que es cumplir con sus obligaciones. Así que respetémonos, porque si no nos respetamos entre nosotros, la imagen para afuera es terrible. Así que basta de caritas, chicanitas e insultos por lo bajo. Cuando venía Marcos Peña, nosotros lo escuchábamos. Sea respetuoso, Iglesias. Termine con la soberbia, la chicana y su machismo descalificante. Termínela.

Con estas expresiones de maestra siruela y abusando de su control monopólico del micrófono, se dirigió a mí la presidenta de la Cámara, Cecilia Moreau. Dejemos de lado de la observación sobre Marcos Peña, ya que todos recordamos el griterío permanente con que eran recibidos él y Macri; y ni mencionemos que siempre me toca hablar entre los gritos del bloque oficialista, transformado en una palpitante barra brava. Tampoco voy a posar de modosito ni de moderado, porque de moderados y tibios ya tuvimos bastante. Pero me gustaría reflexionar sobre el significado de la palabra respeto; sobre todo, porque el Jefe de Gabinete me tildó, al día siguiente a su penoso informe, de “provocador”.

Como ocupo la banca 1 de la Cámara, la más cercana a la Presidencia, los taquígrafos registran todo lo que digo y así lo han hecho figurar en la versión taquigráfica de la sesión. Una sesión en la que el ex diputado Rossi, actual Jefe de gabinete, debía informar del estado del país y la gestión del Gobierno a los representantes del pueblo de la nación. Y bien, aquí están mis “insultos” y “provocaciones”, que reproduzco de la versión taquigráfica. Son tres. En una hora y media de una sarasa que causaría la envidia de Guzmán.

1 –Jefe de Gabinete- En Semana Santa de 1987, el peronismo estuvo al lado del presidente Alfonsín en una actitud inequívoca, en una actitud sin peros y en una actitud sin dobleces, defendiendo la democracia argentina.

Dip. Iglesias- Aldo Rico fue intendente de ustedes.

Jefe de Gabinete- ¡Prendieron la radio!

2 – Jefe de Gabinete- Tendrán el tiempo que deseen para decir lo que quieran. Yo voy a utilizar el mío adecuadamente (varios diputados hablan a la vez).

Dip. Iglesias- Rosario, inflación, inseguridad…

Jefe de Gabinete- Quería contarles algo, a ver si los divierto un poquito. En el año que había terminado el conflicto con la 125 y el sector agropecuario…

3 – Néstor Kirchner y Raúl Alfonsín también tienen un elemento que los une: la lucha contra las corporaciones. Alfonsín peleó contra la corporación militar…

Dip. Iglesias- Sindical-militar…

Jefe de Gabinete- …contra la iglesia.

Dip. Iglesias- ¡Se va a enojar Bergoglio!…

Jefe de Gabinete- Recuerdo aquel momento en donde se subió al púlpito de la iglesia Stella Maris y contestó una homilía. También recuerdo el momento en la Sociedad Rural, donde lo silbaron.

Dip. Iglesias- Y de la “Ley Mucci” [intento frustrado de Alfonsín de romper el sistema corporativo sindical, derrotada por dos votos- NdA], te acordás?

Jefe de Gabinete- Néstor siguió el mismo camino.

Y eso es todo. Mis “insultos y provocaciones” fueron unas pocas interrupciones que intentaban recordarle al Jefe de Gabinete que venía a brindar un informe basado en la veracidad y no un relato nacional y popular. Y fueron también la primera vez que en esa sesión se escucharon tres palabras ausentes del informe de Rossi: inflación, inseguridad, Rosario. Así se lo hice saber cuando me tocó hablar: “En su informe faltaron algunas palabras: inflación, inseguridad, Rosario, narco, LELIQ, bonos, Rusia, Ucrania. Ni una de estas palabras en todo el informe del Jefe de Gabinete. ¡Una falta de respeto!”

Es el quid de la cuestión, que ni el oficialismo ni el perionismo parecen registrar: una falta de respeto es que dos delincuentes (una condenada; el otro, por propia admisión) hayan presidido la Asamblea Legislativa del 1º de marzo, de la que me retiré; y una falta de respeto es que el Jefe de Gabinete haya venido esta semana a presentar un informe en que los principales problemas del país son ignorados y no se menciona siquiera una vez a su jefe: Alberto Fernández, Presidente de la Nación.

Pero acaso lo que enojó tanto a Cecilia Moreau y a Rossi no fueron mis interrupciones sino mis preguntas. Le pregunté al Jefe de Gabinete: “¿Nos van a dejar una sola de las variables de lo que en 2019 llamaron ‘tierra arrasada’? ¿Nos van a dejar equilibrio fiscal, superávit comercial y energético, 12.000 millones de dólares de reservas netas, tarifas que cubran el costo de la energía y un cambio competitivo, en vez de tarifas como las del Rodrigazo y atraso cambiario como el de la Convertibilidad?”.

Segunda cuestión: “¡Ah, pero el FMI!, nos dice. Mi pregunta es: ¿cuántos dólares ingresaron desde el comienzo de este gobierno en el Banco Central por envíos del FMI y cuántos salieron como pago de la deuda? La diferencia, ¿es positiva o negativa?

Y luego, sobre YPF: “Nos ha hablado de la suba de la cotización de YPF en Wall Street. ¿Cuánto valía YPF cuando la ‘argentinizaron’ y cuánto vale ahora? ¿Cuánto nos costaron los juicios que ya pagó Kicillof y cuánto nos van a costar los próximos? Porque el próximo pago va a ser a Eskenazi, el banquero de Santa Cruz que se quedó con el 15% de YPF gratis. ¿Recuerda, Rossi, quién era el abogado de Repsol? Porque era su presidente: Alberto Fernández. Cuando hablan de los amigos de las corporaciones deberían mirarse al espejo”.

Si este es el “respeto” que nos tienen, si esto es el “cumplir con las obligaciones” que mencionó Cecilia Moreau, prefiero que Rossi me siga diciendo provocador

Sobre los bonos: “Están emitiendo bonos que, si se pagan, rinden más del 30% anual en dólares. La lucha contra la patria financiera más loca del mundo. ¿Qué propone al próximo gobierno, señor Jefe de Gabinete? ¿Que los defaultee o que pague ese 30%?”

Sobre los desaparecidos: “Nos habló de 30.000 desaparecidos. No voy a discutir la cifra, pero en los archivos figuran menos de 10.000. Si en 2003 solo había en los registros oficiales menos de 10.000 desaparecidos, supongo que habrán tenido una política para que esos desaparecidos faltantes fueran reconocidos y registrados. Le pregunto: ¿cuántos eran los desaparecidos registrados por el Estado en 2003 y cuántos son hoy, y qué política se dio su partido, que tuvo doce años gobernando con mayoría en ambas Cámaras, para que aparezcan y sean registrados como corresponde?”

Y el final: “Cierro con la última pregunta, que es importante. Ustedes dicen que subió la producción y aumentó el PBI, mientras gobiernan los representantes de los trabajadores y el pueblo. ¿Cómo es que las estadísticas oficiales registran cada vez más pobres? Si la torta se agranda y se reparte mejor, ¿cómo es que las estadísticas de su gobierno registran un incesante aumento de la pobreza?”

Por supuesto, Rossi no contestó ninguna de mis preguntas. Tiró un par de datos que no le había preguntado para simular que lo hacía y siguió adelante con una sesión en la que no se privó de llamar fascistoides a diputados de la oposición, ni de decir que quienes iban a Rosario por el problema del narco eran “caranchos”, ni de dedicar media hora de su exposición a describir la relación causal entre los “discursos del odio” de la oposición y el atentado contra Cristina Kirchner. Esto es lo que el peronismo y sus repetidoras mediáticas llaman “respeto”. El respeto según Perón.

¿Cómo es que las estadísticas oficiales registran cada vez más pobres? Si la torta se agranda y se reparte mejor, ¿cómo es que las estadísticas de su gobierno registran un incesante aumento de la pobreza?”

Pero de las preguntas que le hice, y que Rossi no contestó, se encargaría de contestar la realidad -que es la única verdad- tres veces en pocas horas: 1) el INDEC informó que la pobreza llegó en 2022 al 39,2% de los argentinos, una cifra más alta que la registrada por la Alianza un mes antes de que el peronismo derrocara a De la Rúa aplicando lo que Cristina llamó “Manual peronista de saqueos y desestabilización de gobiernos”; 2) El diabólico FMI concedió otro perdón por los incumplimientos del Gobierno, aprobó la flexibilización del programa económico y liberó un giro por otros 5.400 millones de dólares; y 3) la Justicia norteamericana falló contra la Argentina en la demanda contra YPF originada por el Grupo Petersen, de los Eskenazi; lo que podría costarnos entre 7.000 y 17.000 millones de dólares gracias a las locuras de Cristina y Kicillof. Más pobreza, más deuda y más recursos del estado en manos de los especuladores. Menos mal que no gobierna la derecha insensible, neoliberal y amiga de las corporaciones que denunció Rossi en su heroica alocución.

Ese es el respeto según Perón. El respeto que nos tienen a los argentinos los peronistas y su gobierno, que venía a arreglarlo todo y empeoró todo y sigue teniendo como únicos objetivos la continuidad del saqueo, la impunidad para Cristina y pasarle una bomba de tiempo al próximo gobierno. Si este es el “respeto” que nos tienen, si esto es el “cumplir con las obligaciones” que mencionó Cecilia Moreau, prefiero que Rossi me siga diciendo provocador. No voy a ser hipócrita ni a simular que vivimos tiempos normales. Se lo dejo a los moderados que el peronismo apañó y el 48% votó.