El más complicado de todos los acusados, lloró durante la 11° audiencia y pidió declarar.
El imputado más complicado por el crimen de Fernando, Máximo Thomsen, pidió la palabra al final de la jornada del día de ayer y declaró luego de tres años de silencio y después de escuchar el testimonio de su madre, Rosalía Zárate.
Máximo Thomsen es señalado como quien pegó las patadas que terminaron de quitarle la vida a Fernando el 18 de enero de 2020, y quien termino siendo el más comprometido de los 8 acusados después de las dos primeras semanas de juicio.
Si bien es casi imposible descartar la autoría material de los acusados en la muerte de Fernando, su defensa intentará que el caso no sea caratulado como “homicidio agravado por alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas”, y quede como “homicidio en riña”.
De esta forma, evitarían la única pena posible para la primera calificación que es prisión perpetua, y obtendrían una pena menor de hasta 6 años en cárcel, así como también la posibilidad de salidas transitorias.
La declaración de Thomsen
Al tomar la palabra, dijo “Quiero pedir disculpas, es algo que nunca hubiese buscado” y que “jamás en la vida tuve intención de matar a nadie”; así como también admitió haber “pegado una o dos patadas”.
“Vengo escuchando todos los días que yo organicé, que soy líder”, comenzó su discurso en el que muchos sostienen que se vislumbra la estrategia del abogado Hugo Tomei: descartar la premeditación del ataque de parte de los 8 rugbiers.
Tras contar sobre lo que hicieron en la playa, donde se “mamaron”, Thomsen dijo que fue a comprar las entradas del boliche y, una vez allí, dijo que lo echaron porque les pidió a los patovicas que soltaran a un amigo.
Afuera, “miré al costado y vi un grupo grande de chicos, como que se iban a enfrentar. Miré de costado. Cuando llegué a la ronda de chicos sentí un golpe en la cara”, tras lo que “pegué una o dos patadas, no sé a quién ni cómo”, sostuvo.
Según el acusado, entró a la ronda dando golpes y en shock por todo, se fue cuando estaba seguro que nadie lo iba a agredir, pero se negó a responder el por qué decidió cambiar su ropa, que estaba manchada de sangre.
Thomsen se negó a responder todas las preguntas de los abogados Fernando Burlando y Fabián Améndola ya que dijo que no respondería a quien los había insultado a el y a su madre, por lo que la jueza Castro dio por finalizado el interrogatorio.