El escritor y político charló con Bonaerenses y nos brindó un recorrido no lineal sobre la historia del peronismo y del país.
Julio Bárbaro fue diputado en un momento crítico de la historia nacional: desde el año 1973 hasta 1976, cuando inició la última dictadura cívico – militar. “La Argentina está politizada, pero el problema es que no tiene cultura política”, declaraba Perón por esos años, su intención manifiesta era la de tener un país con esa cultura como el refería tenían algunos países europeos. Nunca llegaría el General a presenciar esa instancia en el país y Bárbaro arriesga: “En la Argentina no hay dirigencia política”.
Juan Domingo Perón asume su primera presidencia el 4 de junio de 1946, y se inicia un ciclo histórico que cambió la forma de pensar de la política en la Argentina. Al punto tal que hasta el día de hoy nos dividimos entre peronistas y antiperonistas. “El justicialismo representa una etapa de la conciencia nacional”, asegura Bárbaro. “La anterior había sido el radicalismo”, admite.
Julio se encarga de dejar en claro que, “el peronismo fue un proceso que terminó en 1976”, mientras que “hoy es un recuerdo que da votos”, dice, mira fijamente y lanza: “Da votos porque la conciencia colectiva existe”.
Los días más felices
La provincia de Buenos Aires sigue representando un bastión electoral para el Frente de Todos. Mientras acumula indicadores de pobreza estructurales. Axel Kicillof se convirtió en gobernador en 2019, pero no logró imponer una lista legislativa que pudiese evitar la victoria de Juntos por Cambio. Desde junio, Javier Milei comenzó a recorrer localidades del conurbano: estuvo en Laferrere y solo logró convocar a 1500 personas en Gerli, pero es probable que los votos que cosechó José Luis Espert hace dos años permitan configurar una tercera fuerza, que reste votos tanto al oficialismo como a la oposición.
En otras palabras “el sello que da votos” encara una de sus elecciones más complicadas en mucho tiempo. Incluso más difícil que la elección provincial ganada por Vidal en 2015, un “cisne negro” en palabras de Nassim Taleb.
Nadie esperaba esa victoria de Juntos por el Cambio en la provincia, especialmente en el Conurbano, la madre de todas las batallas. Por eso preguntamos a nuestro entrevistado por qué ese recuerdo sigue dando votos a pesar de todo esto: “No hubo otra cosa, uno recuerda lo más importante y el peronismo fue lo más importante del recuerdo de esa conciencia colectiva. ¿Qué recuerdan los pueblos? La bonanza y los pobres tienen un solo recuerdo, la justicia que les dio Perón”.
Bárbaro ve “mal el futuro” de nuestro país ya que no hay “dirigencia política”. “El último que intentó hacer un país fue Alfonsín, hoy no hay dirigencia política, no hay proyectos ni esperanza”. Y ve que los políticos de hoy “están para el negocio”.
Los ´70
“Cuando Perón vuelve, se abraza con Balbíny dice, para un argentino no hay nada mejor que otro argentino, ahí dejamos de ser peronistas para ser argentinos, en ese momento hubo una unión nacional”. Bárbaro concede que “Perón tuvo que integrar a los violentos porque no había otra” y se lamenta porque no tuvimos “una izquierda como la que tuvo Chile o como los Tupamaros en Uruguay”. Luego Perón falleció y Julio declara que la última dictadura “endeuda y empobrece al país como nunca”.
Pero Bárbaro dice que el problema en realidad nace con la dictadura de Onganía en una doble destrucción, por un lado La Noche de los Bastones Largos destruye a la universidad pública y deja a todos boyando en la violencia” y por otro lado “destruye al sindicalismo entregándoles las obras sociales”.
Una cultura peronista
Para Bárbaro “Perón y el peronismo es el nombre de un proceso. Es una concepción de la patria donde los de abajo son iguales a los de arriba. Perón se dio cuenta que era todo al revés, le dio ideales a los pobres y le tiró unos mangos a los ricos. La expresión de la conciencia de los de abajo. El individualismo no es todo. Antes del dinero está la dignidad del humano, a eso apostaba Perón”. En estas palabras Julio explicó lo que para él fue el aporte cultural que dejó el proceso peronista como legado al país, pero enfocado en el sentir del pueblo.
“El peronismo es un proceso logrado porque implica una igualdad y una reivindicación de lo nacional, todo lo que la clase alta odiaba: el fútbol, el tango, lo popular”. Además le dedicó unas palabras a la “oligarquía parasitaria” a la cual definió como “inexistente”: “Acá no hay oligarquía, acá hay tipos que roban y coimean”.
Julio define a Perón personalmente como “un grande, para los que tienen percepción de grandeza, vos lo escuchabas a Perón y te deslumbrabas”.