De acuerdo al último informe de la Organización de las Naciones Unidas Mujeres y el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, alcanzar la igualdad de género llevaría aproximadamente 300 años. Si, se necesitarían 286 años para cerrar las brechas existentes en cuanto a la protección legal y para eliminar leyes discriminatorias, 140 para lograr equidad en poder y jerarquía laboral, y 40 para una representación igualitaria en parlamentos. Alentador, ¿no?

Se asombrarán con esto quizás, que si todo eso falta a como estamos hoy, que a muchos ya les parece un caos femenino de histeria y caprichos, imagínense que hacen el proceso más difícil de lo que debería ser. Y todo esto falta a pesar de la enormidad de cosas que hemos logrado, nos alzamos de la sumisión y el miedo para salir a defender y protestar por nuestros derechos sin importar arriesgar por ello nuestra vida, como las grandes sufragistas de antaño. Si todo esto falta aún hoy, ¿Qué tan mal estamos? ¿y cuando malo era entonces? Les doy una pista, brujas. “Si volviéramos a la edad media, estoy del lado de las brujas”, leí un día en un cartel. Antes las mujeres que exigía respeto, derechos e igualdad; las mujeres que demostraba inteligencia, astucia y carácter; las que alzaba la voz y no se achicaba ante la imagen del hombre, eran llamadas brujas. Y todas ellas como las trabajadoras de Cotton, fueron quemadas vivas.

¿Las trabajadoras de Cotton? Si, es en su memoria que tuvo origen este día luego de que el 8 de marzo de 1909 en la fábrica Cotton de Nueva York, 129 trabajadoras realizaban una protesta pacífica en reclamo por el fin del trabajo infantil y por tener los mismos derechos que los trabajadores varones: misma paga por igual tarea y reducción de la jornada laboral; durante lo que sus empleadores las encerraron e incendiaron el lugar.

Este hecho causo gran conmoción y muchas protestas le siguieron, eran las primeras acciones de las mujeres contra la explotación machista y capitalista. Años después, otras 149 personas, en su mayoría mujeres, murieron en otro incendio en una fábrica orquestada por los dueños. Estos enfrentaron 23 pleitos legales, y solo se los sentenció al pago de 75 dólares como indemnización por cada vida perdida. Impunidad pura.

En ese marco, tuvo origen esta fecha y es por todas las injusticias, protestas y movilizaciones que fueron necesarias y que tengas vidas cobraron, por lo que no se considera un día de celebración, sino un día de conciencia, reflexión, y principalmente lucha.

Y no es feliz porque no solo se trata de aquellas 129 mujeres que fallecieron defendiendo sus derechos en Nueva york, ni las 149 persona que siguieron ni las que perdieron la vida después. Se trata de recordar a todas, a nuestras hermanas que perdieron la vida en aquel entonces, ayer, la semana pasada, el mes pasado, desde que comenzó el año en Argentina (56), el año pasado en Argentina (249).

Se trata de las 81.000 mujeres y niñas que murieron en el mundo en el 2022 (un 56% en manos de parejas o familiares), y así sucesivamente hacia atrás. Los números se van sumando, las víctimas se acumulan y los favorecidos por la impunidad del sistema machista crecen, ellos viven mientras que ellas no.

Imaginen si también tenemos en cuentan a quienes, afortunadamente, no perdieron la vida pero que sufren violencia doméstica y se cansan de pedir socorro; porque permítanme decirles que 71 de las 249 mujeres asesinadas en el 2022 habían denunciado o tenías ya medidas judiciales contra sus agresores.

Se trata de ellas y, de las mujeres y diversidades que sufren violencia en sus trabajos, que son denigradas por quienes son, por quienes sufrieron un abuso o violencia sexual, que créanme, somos muchas porque son crímenes más normalizados en la conducta del hombre de lo que imaginan. Es por todos aquellos que siguen libres, por el que no le importo que fuera su sobrina o su nieta, por el que no le importo su edad, por el que no le importo que fuera su pareja, por el que se olvidó que la amaba y respetaba, por el que se olvidó de ser persona.

Esta fecha no es feliz porque muchas vidas se perdieron para que hoy estemos donde estamos, y como lamento decir año tras año, sabemos que queda un largo camino y más víctimas que lamentar si no hacemos un cambio de sociedad.

Desde el ultimo “feliz día” que había recibido el año pasado murieron 249 mujeres argentinas, y 81.000 murieron en el mundo. No, mamá, no estoy feliz. No, papá, las flores no son para mi celebración porque hoy estoy de luto. Hoy protesto. Es por mí, es porque no me respeto, es porque no le importo, es porque el estado no escuchó a tantas, no llegó a tiempo y falló en la educación.

Esto es por mí y por todas, es el grito por las que ya no están y para defender el honor y los derechos de las que aún estamos aquí, para que ninguna de nosotras muera mañana, para a ninguna de nosotras las abuse nadie, para que a ninguna de nosotras se las subestime por su sexo, para a nadie se le discrimine por quien es, para que ninguna de nosotras un varón nos quiera ignorar un “no” como acostumbran hacer. Por un estado que genere y haga conciencia real de lo que sucede, por políticos que tomen en serio este país y sus reclamos, por políticos que entiendan que el feminismo no es fanatismo por una banda pop, que no es un ministerio al pedo, que no es la promoción del aborto sino la defensa de la libertad de una mujer para decidir por su cuerpo. Porque, muchachas y muchachos que no lo comprenden, ustedes no hubiesen estado para mi si luego de que yo dije que “no”, él lo hizo igual.

Recapacitemos, seamos coherentes y sepamos respetar, porque quizás no lo vieron, pero año a año demostramos nuestra voluntad y poder de lucha, año a año demostramos que no nos importan sus insultos, año a año demostraron que somos invencibles como hermandad y que nunca vamos a dejar de luchar. Asique no, hoy no nos vamos a pagar el asado, hoy no vamos a celebrar con un guiso y hoy no vamos a sonreírle a las flores porque esas deberían ser llevadas a las tumbas de nuestras compañeras, y porque “la deuda es con nosotras”. El sistema tiene una deuda con nosotras, y no se preocupen, que ya la vamos a cobrar.