Analistas políticos, encuestadores, periodistas y distintos actores sociales hablan del Cisne Negro con cierta liviandad. Lo cierto es que el creador de esta teoría filosófica se llama Nassim Taleb. Nacido en el Líbano, neoyorquino de corazón, tenemos serias diferencias respecto al actual conflicto Hamas – israelí. Yo soy mucho más tajante que el respecto a qué bando apoyar. Sin embargo, discrepar con tu profesor o mentor ideológico te hace más maduro intelectualmente que si seguís ciegamente a alguien.
Por eso tampoco concuerdo con mi mentor periodístico, el querido Luis Gasulla. No es la votación de nuestras vidas. Nada es tan definitivo en este mundo y mucho menos en nuestro país. Ejemplos sobran. Luego del conflicto con el campo, el gobierno parecía acabado. Paliza electoral posterior en 2009. ¿Y qué pasó? 2011 y un tsunami electoral de Cristina, parecido a los de la época de Perón.
Nada es tan definitivo en este mundo y mucho menos en nuestro país.
El mismo Perón en su doctrina, habla de “las exigencias de un tiempo tan determinante”. La historia se va desarrollando según los acontecimientos que van sucediendo. ¿Qué habría pasado si Rosas ganaba en Caseros? ¿Qué habría pasado si la clase media y alta no apoyaba el golpe del 1930? ¿Qué pasaba si los Montoneros no mataban a Rucci? En definitiva, hechos aislados marcan cambios para siempre en la historia. En la historia de un país, en la historia de una persona, o en la misma historia del mundo.
Un Cisne Negro fueron las torres gemelas o el 30% de Milei. Probablemente la intervención asesina de Hamas en Israel lo fue. Una característica del Cisne Negro es que una vez sucedido las personas tienden a creer que se va repetir con frecuencia y esto no suele pasar. Pocas veces se vuelven crónicas las rarezas. Por eso los casinos siempre suelen ganar.
“La historia se va desarrollando según los acontecimientos que van sucediendo.
Hace poco más de 10 años la Primavera Árabe suponía la apertura democrática de medio oriente. 13 años después estamos a la puerta de una guerra mundial nacida desde las tierras de Mahoma y Moises. Hoy vivimos en la época de terror más fuerte desde 11-S para acá.
Lo mismo en Argentina. La elección del 83, la del 89, la del 99, la del 2003, la del 2015 y 2019, todas fueron catalogadas como la más importante de los últimos y tantos años. La realidad es que el país está en una crisis profunda y sí, año tras año se agudiza cada vez más. El próximo mandatario no va solucionar todo, puede mejorar o empeorar la situación. Pero no hay soluciones mágicas para un país devastado.
Taleb nos enseñó que en definitiva el Cisne Negro es poner los deseos por sobre los datos
Mañana analizaremos los resultados de cada una de las elecciones. Intendencias, Provincias, Legislaturas y por supuesto el primer mandatario. El lunes, vamos a volver a trabajar como cualquier otro día, esperanzados o con la ilusión de ganar el balotaje, o si alguien ganó en primera vuelta, que esa persona pueda cambiar el rumbo. Obvio que según las preferencias políticas de cada individuo esa esperanza puede ser un pesimismo con una esperanza encubierta de llevarse una sorpresa.
Lo único que no debemos olvidar que el voto no es simplemente una obligación, es un derecho. Un derecho que se afirmó a sangre y fuego. La democracia republicana es un sistema con múltiples falencias, pero a mi entender es mucho mejor que todos los demás otros sistemas de gobiernos conocidos, como dijo alguien que no me cae muy simpático.
Para cerrar la nota, Taleb nos enseñó que en definitiva el Cisne Negro es poner los deseos por sobre los datos que nos dan probabilidades más reales. Algo para mejorar en nuestra sociedad, la política no puede estar teñida de fanatismo. Esta tiene que ser racional y no pasional. Si no, estaremos a merced de un milagro y no de un gobierno que haga las cosas bien.