Muy pronto la misión Artemis hará un nuevo alunizaje tripulado para comenzar a instalar una Estación Espacial y colonia en la Luna, práctica que luego servirá para poder colonizar nuestro vecino rojo, Marte.
Había una vez, un mundo en el que las personas se congregaban expectantes frente al televisor para ver cohetes viajar hacia la Luna y astronautas caminar sobre nuestro satélite gris como si, de hecho, no se encontrará a más de 300 mil kilómetros de distancia. Era una sociedad llena de asombro e ilusión, en la que el avance científico y aeroespacial formaba parte del interés común y emocionaba a todos como cualquier película sobre el espacio.
Ahora, ¿Qué dirían si les dijera que se espera, para la década del 40, viajar a Marte? Si, para 2040 se espera, finalmente, hablar en serio sobre una misión que lleve humanos a pisar el suelo rojizo de nuestro vecino desértico, Marte. Es posible. Ahora lo es, gracias a Artemis.
Henos aquí, sin pisar la Luna de 1972 pero en las vísperas de que la gran misión Artemis que despegue con tripulación para un nuevo alunizaje, vuelva aceitar el rumbo de la humanidad hacia el espacio, y reavive el interés general por el progreso del estudio y exploración de nuestro universo.
La Luna
Son incontables las noches que los humanos hemos pasado observando la Luna, pero ¿Qué sabemos realmente de ella?
Esta hermosa esfera que ilumina el cielo es nuestro único satélite natural, ubicado a 356.565 kilómetros de distancia de nosotros con un diámetro de 3.474,8 kilómetros, lo cual la hace el quinto satélite natural más grande del sistema solar, aunque si tenemos en cuenta su tamaño frente a la proporción de nuestro planeta es, en realidad, el más grande.
No todos los planetas tienen Lunas, Venus y Mercurio son la excepción debido a su gran cercanía al Sol, cuya fuerza gravitacional no se los permitiría porque se los comería básicamente. Marte tiene dos asteroides de Lunas, Deimos y Fobos, los cuales algún día se estrellarán contra su planeta; aunque esa es una historia para otra ocasión.
Otros como Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno cuentan con decenas de Lunas ya que al ser tan grandes y estar más lejos del Sol, su fuerza gravitacional es capaz de atraer más cuerpos y fijarlos a su alrededor.
Sin embargo, la nuestra es la única que tiene una relación sincrónica con su planeta, lo que significa que siempre muestra la misma cara; un paisaje marcado por cráteres y oscuros mares lunares de origen volcánico entre montañas antiguas nombradas en honor a los más destacados astronautas.
Además, se trata de uno de los cuerpos celestes con más influencia en nuestra cultura, arte, mitología, y calendario; aunque su verdadera influencia sobre La Tierra es en las mareas, ya que su fuerza gravitacional tira los Océanos hacia a ella, al igual que genera un aumento de la duración del día.
Esto ultimo fue un proceso que llevó 4.500 millones de años ya que, en sus comienzos, el día en La Tierra duraba solo 13 horas debido a que nuestro planeta gira más rápido sobre si mismo que la Luna sobre su órbita, y la fricción que esto genera se traduce en el abultamiento del agua que provoca las mareas y en que se agote nuestra energía de rotación, lo que derivo a un día actual de 24 horas.
En fin, es el único satélite en el que se ha realizado un descenso tripulado y que ahora será nuevamente visitado.
La primera vez que el ser humano piso la Luna fue el 20 de julio de 1969, hace 54 años, cuando la Apolo 11 llevó a los astronautas Michael Collins, Neil Armstrong y “Buzz” Aldrin al satélite gris, y daban ese pequeño paso que iniciaría oficialmente el camino de grandes pasos para la humanidad en el que aún nos encontramos y cuya meta por el momento es Marte.
A esta le seguirían las misiones Apolo 12, 14, 15, 16 y la 17 que se llevó a cabo en 1972, y por diversos motivos sería la última, siendo el astronauta Eugene A. Cernan el último en caminar sobre el suelo lunar.
Se preguntarán qué fue de la Apolo 13; pues mientras las demás fueron un éxito y lograron su objetivo, esta misión no siguió ese mismo camino y dio origen la emblemática frase de “Houston, tenemos un problema”; aunque me reservo su historia también para otra ocasión.
¿Por qué no volvimos a la Luna por medio siglo?
A principios de la década del 70, la NASA enfrentó recortes en el presupuesto que el gobierno aportaba, en parte por la pérdida de interés político en la Luna luego de que Estados Unidos lograra coronarse como ganador de la Carrera Espacial y, por otra, debido a la fallida misión Apolo 13. Esto acabo por cancelar las misiones de las Apolos 18, 19 y 20.
Si bien se continuaron enviando sondas y naves no tripuladas, otra de las principales razones es que, de hecho, no había razón para volver ya que se recogieron tantas muestras que, hasta hoy en día, resta material lunar sin estudiar por los científicos.
Por otra parte, se tuvieron que priorizar otros proyectos como el Skylab que orbita La Tierra, así como también el envío de sondas y satélites a muchos otros rincones de nuestro sistema solar.
Desde aquel entonces, ningún humano ha vuelto a poner un pie sobre nuestro satélite natural y luego de que doce hombres hayan pisado su suelo, es muy posible que quien vuelva a hacerlo después de medio siglo, sea una mujer.
¿Por qué volver, se preguntarán, si quedan tantas muestras por estudiar? Pues el regreso a la Luna tiene que ver con la necesidad de poner en marcha una práctica que se volverá crucial para la humanidad, la colonización de nuevos planetas.
Se buscará instalar una presencia sostenible en la superficie y en la órbita lunar, para empezar a estudiar y desarrollar la manera de luego poder lograr lo mismo en Marte. Esta sería una habilidad que expandiría los horizontes de la humanidad, y su capacidad de subsistir fuera de La Tierra.
La semana pasada, la NASA eligió a los 4 astronautas que protagonizarán esta misión a la Luna el próximo año con un descenso programa para 2025.
Los elegidos fueron los estadounidenses Christina Koch, Victor Glover y Reid Wiseman, y el canadiense Jeremy Hansen. Esta es la primera vez en la historia en la que una mujer y un hombre afroamericano son elegidos para ir a la Luna. Un enorme y necesario progreso en la inclusión y igualdad de oportunidades para toda persona que desee ese camino profesional, el cual siempre debería haber estado libre de discriminaciones por género o etnia.
“Artemis es el primer paso en la próxima era de exploración humana. Junto con socios comerciales e internacionales, la NASA establecerá una presencia sostenible en la Luna para prepararse para las misiones a Marte”, indicó la NASA.
En noviembre de 2024, orbitarán por 10 días la Luna a bordo de la nave espacial Orión, cuya prueba no tripulada ya fue un éxito. Sin embargo, Artemis será la misión que nos acompañará por más de una década al ser el más grande proyecto espacial de nuestros tiempos.
“Artemis es un paso también de cara a un objetivo de un poco más largo plazo que es de llegar Marte. En un futuro, cuando se vaya a Marte, la tripulación tendrá que realizar su entrada atmosférica en Marte utilizando tecnologías que vamos a probar en el programa Artemis”, explicó el ingeniero Eduardo García Llama, jefe de operadores de vuelo de ingeniería para el guiado y control de la misión Artemis en el Centro Espacial Johnson, ubicado en Houston.
A pesar de un largo tiempo sin aventurarse en misiones tripuladas hacia el espacio, se lograron grandes avances para estos viajes como soporte vital, aviónica, sistemas de energía y protección térmica de última generación, que ayudarán a la tripulación durante el lanzamiento, el aterrizaje y la recuperación.
Una de las mejoras es el escudo térmico de Orión, el cual demostró que puede sobrevivir a temperaturas de reingreso extremadamente altas a 40.000kph, alcanzando la mitad de la temperatura que se experimentaría si estuviésemos parados sobre la superficie del Sol; ya que está hecho de un material llamado Avcoat, una versión mejorada de la usada para las Apolo.
La importancia de Artemis radica en la vuelta al lugar que fue el centro del estudio sobre el espacio por muchos siglos, desde Galileo dibujando sus fases hasta los astronautas de las Apolos recolectando rocas; pero que además es el mayor y más ambicioso proyecto espacial desarrollado hasta el momento, un buen indicio ya que los retos expanden nuestros límites, y estas son metas que elegidas no porque sean fáciles sino porque justamente son difíciles, así como entonces lo fue siquiera imaginar a un humano sobre la Luna.