Argentina ingresó en momentos decisivos para definir su destino. Votaremos envueltos en la bronca, la mentira y el cinismo. El odio de alguno de los candidatos que acompañan a Javier Milei, asusta a un sector de la sociedad. Otro sector, se asusta del odio de las patotas K y del cinismo de un kirchnerismo que llega agotado a la elección con los viejos relatos y los mismos trucos. En el medio aparece una PAtricia Bullrich que se tuvo que larretizar ante la virulencia de los discursos extremistas. Myriam Bregman niega al terrorismo de Hamas y Schiaretti se embandera en los supuestos logros obtenidos en su querida Córdoba.
El domingo puede haber victoria en primera vuelta, triple empate, balotage esperado o inespesperado. Nada está definido. La moneda está en el aire. El periodismo se acordó tarde de cuestionar al producto mediático que crearon llamado Javier Milei. Milei prefiere un balotage con Massa porque se siente ganador y tiene razón. El oficialismo está frito. La inflación aumenta día a día. Tuvieron que inventar un dólar paralelo del blue para quitarlo de las portadas de los medios. La pobreza asusta. La corrupción se podría llevar puesto al último refugio K: La provincia de Buenos Aires. Axel Kicillof no puede despegarse de Martín Insaurralde. Chocolate los ensució a todos. Pero Milei no habla de la verdadera “casta” pues el voto peronismo se está derechizando segundo a segundo. Los punteros peronistas del conurbano gritan “la casta tiene miedo”. Los micros de Barrionuevo y de Chacarita llegaron como la ambulancia de Mario Ishii a levantar a los heridos del sistema político. Milei los abraza a todos.
Bullrich se entusiasma con la cordura y la racionalidad del votante que alguna vez supo conseguir JXC. ¿Quién vencerá a quien? ¿La emoción y el sentimiento o el pensamiento crítico? Los antecedentes del votante argentino no traen buenas noticias. Alberto Fernández es el mejor ejemplo. El 48% votó a un miserable que pateaba a jubilados borrachos en el piso para cancherear delante de su joven pareja. Milei es una máquina de insultar, agredir y difamar a todo aquel que se le anime a decirle algo que no le gusta. Digitó una lista de periodistas amigos y enemigos. Como así también, de tuiteros críticos. Macartismo siglo XXI.
El domingo puede haber victoria en primera vuelta, triple empate, balotage esperado o inespesperado.
Una nueva alianza de medios y periodistas afines comienza a surgir. Amigos del nuevo populismo de derecha.
Creen que la victoria está cerca y el huracán Milei barrerá con todos. Son los amigos del campeón.
Creen que la victoria está cerca y el huracán Milei barrerá con todos. Son los amigos del campeón.
Argentina ingresó en momentos decisivos para definir su destino. Votaremos envueltos en la bronca, la mentira y el cinismo.
Franco Rinaldi mira la película por teve o por tuiter. Por menos lo sacaron de una lista. Nadie pide la cabeza de los referentes de la LLA que descarrilan cada vez que están al aire. Los librepensadores se pueden llevar puesto a un Presidente. No a un candidato que está angelizado.
Massa apela al miedo. Cristina se borró. Alberto reverencia a Putin. El mundo teme lo peor. En Argentina, el clientelismo, el plan platita y el cumpleaños de San Martín -cambia de fecha según quien lo cite- se naturalizó.
El lunes será lo que tenga que ser.