Látigo o billetera
Tal como la proclama “Nueva Argentina” fue un eslogan que utilizó Perón durante mucho tiempo para su gestión. Y para ser honestos con la verdad histórica, cambió el país, para mal, pero lo cambió. Esta misma frase es utilizada por “los que la ven” con sus dichos refundacionales. Ahora bien, cómo podemos refundar un país si seguimos utilizando los viejos métodos de la política tradicional.
LA TRACIÓN
Que los gobernadores no son ningunos santos y que los diputados responden a ellos es verdad. También es verdad que el presidente Milei jugó a varias puntas en la campaña y lo hizo también ahora para llegar a los votos que necesitaba. “Tenemos los números” dijeron por muchos lados.
Por empezar, el pacto lo armo Guillermo Francos, viejo lobo de mar. Los funcionarios apuntados son Giordano de ANSES, Moggeta de Transporte, Tilard en Banco Nación, Giovine de Obras Públicas y Royón de Minería.
En la puja por el ANSES también hay una interna. La ministra Sandra Pettovello no quiere cambios ya que lo cree a Giordano idóneo para el puesto mientras que el asesor Santiago Caputo quiere correrlo del puesto. ¿No debería primar la idoneidad para el cargo?
LAS OPCIONES DE MILEI
El presidente varias veces en campaña y luego de ser electo dijo que si esto no salía iba a ir a una consulta popular. Ahora bien, esto es sumamente arriesgado. Primero, porque no es vinculante y la táctica de exponer a la casta ya la usó. Por otro lado, si pierde la consulta popular pierde toda credibilidad política a muy poco de haber asumido.
La segunda opción es gobernar por decreto, dejando de lado el congreso y luchando judicialmente por sostener cada DNU que saque. Algo poco democrático y engorroso. Donde todo lo alcanzado sería por lo menos endeble. A hoy parece que es lo que va pasar. Muchas cosas se dicen puertas para adentro del ejecutivo. Pero el enojo de Milei parece ser un berrinche o un capricho y bien es sabido por la sabiduría popular, que no hay que tomar decisiones en caliente, y, sobre todo, en la política el que se enoja pierde.
Una tercera opción sería dejar que baje la espuma, sacarse la foto con el Papa, correr el foco de la derrota en el congreso y volver a empezar un poco más prolijos. Si los números que cuentan desde el gobierno son ciertos las metas fiscales y financieras se están alcanzando con o sin ley, entonces bien podría empezar a construir gobernabilidad.
Látigo o billetera
