La grieta no es un término que acuñó Lanata. Es mucho más antigua. Pero que a partir de 2008 adquirió una participación especial en la sociedad. No hay conversación política que no tenga un roce con ella. Fernando Iglesias, quien escribe cada dos semanas en este medio, escribió “La grieta y los cierragrieta”. Lo que me motivó a escribir una reseña. Pero ayer, domingo 13 de agosto, lo cambió todo. Entonces intentaré en unas breves líneas esbozar algunas ideas basadas en los hechos de ayer, para que luego vayan a leer libro de Fernando donde está todo mucho más claro.
En primer lugar, porque tiene una actualidad impresionante. La tenía antes de las PASO y ahora más que nunca, porque (spoiler alert), el texto tiene un capítulo dedicado a Javier Milei, que rompió todos los manuales de marketing político y voló las pelucas de las encuestadoras y bocas de urna. Segundo porque describe a la perfección a los “cierragrieta”, que confunden convivencia democrática con diálogo y consenso con quienes no quieren dialogar ni consensuar, y que fueron derrotados electoralmente. Ellos son parte fundamental de la composición, ya no del 70% que querían, si no de un 33% que haga llegar a Juntos por el Cambio al balotaje para enfrentar a Javier Milei quien estaría, según los resultados de ayer, adentro.
“Es el peronismo Javier” le dice Fernando a Milei en el libro. Y plantea escenarios electorales en los que el peronismo puede tener distintos finales. Uno de ellos es un eventual final de la hegemonía kirchnerista. Hay varios factores que pueden prever que se puede estar frente a este escenario.
- Porque perdieron en su pago chico y desde el cuál llegaron a trasladar la hegemonía replicando el modelo que usaron en el distrito patagónico.
- Porque el peronismo unido (salvo algunos marginales) hizo la peor elección de su historia y encima, el que representaría más al kirchnerista medio, es el quien perdió la interna, el favorito del Papa y el que le dio su plan en mano a Massa y Sergio Tomás se le río en la cara, Juan Grabois.
- Porque dejaron todo en manos de la devaluación planeada para este lunes, a modo que llegue la plata del FMI (ese que tanto critican y al que prometen no arrodillarse) para hacer el plan platita número dos.
- Porque de ese plan platita depende que se mantenga la escueta diferencia que sacó el gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Axel Kicillof. Si pierden la provincia el golpe sería demasiado duro. Mucho peor que el del 2015.
El otro escenario electoral que puede ser coexistente con el anterior, es en el que Javier Milei sea elegido presidente. Pero de ninguna manera va tener el poder político ni legislativo para hacer ninguna de las reformas que propone. O Casi ninguna. Por eso entiendo que la lectura de dicho capitulo es de vital importancia de cara a una elección en octubre y una posible segunda vuelta con Patricia Bullrich.
¿El tercer final de ciclo?
Para que exista una constitución primero fue necesario que Urquiza lo derrote en Caseros. Paradójicamente a Rosas le decían el Restaurador siendo un anti institucionalista. Hay vicios que llevamos en el país desde la época pre-nacional. La cuestión es que a partir de allí comenzó un ciclo de crecimiento. De la constitución a ser una potencia agroexportadora. Según el maestro Juan José Sebreli parte del comienzo de la caída de la argentina se debe, en parte a que la oligarquía agrícola no supo adoptarse a los nuevos tiempos del siglo XX. Para Carlos Nino se debe a la falta de respeto y apego a las normas. Para Fernando, argumentado y sustentado en un sinfín de datos, muestra la debacle y caída a la que el peronismo llevó al país. “Es el peronismo, estúpido”. Por eso la grieta no es moral, la grieta es estructural. Como también diría Sebreli y también citado en el libro, la falsa ilusión de la unidad nacional es uno de los conceptos que más daño le ha hecho a nuestro país.
Julio María Sanguinetti se sentó a charlar con José Mujica. Dos expresidentes de Uruguay de pensamientos opuestos. Sanguinetti dijo allí que la clave de la “democracia” es la convivencia y no el consenso. Porque mezclando ambos pensamientos, concluimos que, en una sociedad de unidad nacional, llena de consensos, es por consiguiente totalitaria. Es lo que le llaman “la patria peronista”.
Para finalizar creo que Argentina está lejos de eso. Para tener una convivencia democrática hay que recuperar la Republica, y eso diría Fernando no se logra con consensos ni diálogos con quienes no quieren dialogar, se logra ganando elecciones y haciendo las cosas de forma institucional. O sea, más república a la falta de república.