Más de cien años después de su primera organización, continúa conmemorándose esta fecha bajo el mismo espíritu y reclamos: igualdad de género, la reivindicación del rol de la mujer, y justicia y memoria por todas aquellas víctimas del machismo.

El Día de la Mujer tuvo orígenes en 1909, en la ciudad de Chicago, organizado por un grupo de destacadas mujeres socialistas en denuncia a la opresión y duras condiciones de trabajo que enfrentaban las mujeres, y en honor a una huelga realizada un año atrás en la que 15.000 mujeres marcharon por la reducción de la jornada laboral, mejores salarios y el sufragio.

A raíz de esto, en 1910 durante la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas se proclamó esta fecha internacional, sin día fijo hasta entonces, con el objetivo de promover la igualdad de derechos y reforzar el pedido de sufragio femenino.

Ahora bien, ¿Por qué se hace tanto hincapié en que se trata de una conmemoración y no de una celebración?

El 19 de marzo de 1911, se conmemoraba por primera vez este día en diversos países y con millones de personas militando por derechos para la mujer en múltiples ámbitos. Sin embargo, seis días después 123 trabajadoras y 23 trabajadores murieron en el incendio de la fábrica Cotton en Nueva York, debido a que habían sido encerrados sin posibilidad de escapar, una represalia tomada por el dueño contra las trabajadoras que protestaban dentro.

El hecho causo tal conmoción que se hicieron diversas modificaciones en la legislación laboral de Estados Unidos, cuestiones las cuales habían sido exigidas desde un inicio por las movilizaciones anteriores y que condujeron a ese trágico suceso.

En los años siguientes, el foco de la lucha paso a Europa donde cada año millones de personas salían a las calles exigiendo los mismos derechos: sufragio, formación profesional, no discriminación laboral, y la posibilidad de ocupar cargos públicos.

Pero el 19 de marzo de 1911, tres años después del brutal hecho en la fábrica neoyorkina, 149 personas (en su mayoría mujeres) murieron en otro incendio en otra fábrica de la misma ciudad, en la que las condiciones eran nefastas, la paga muy baja. Una vez más, aquello había sido orquestado por los dueños quienes luego fueron imputados por homicidio, aunque poco después la Justicia los declaró inocentes. Sin embargo, enfrentaron 23 pleitos legales, por lo que en 1917 se los sentenció solo a pagar indemnizaciones de solo 75 dólares por cada vida perdida.

A partir de múltiples injusticias como aquellas, un nuevo sentimiento se integró al espíritu del movimiento que prometió no olvidar aquellas vidas perdidas.

Es así como llegamos a un nuevo Día de la Mujer, que con el tiempo comenzó a abarcar mucho mas que a la mujer trabajadora como protagonista, sino que hoy lo es la mujer misma en esencia. Hoy en día lamentamos millones de víctimas más, año tras año alzamos nuestras voces en esta fecha con menos compañeras que el año anterior, compañeras cuyas vidas fueron arrebatadas o violentadas a causa de una gran problemática social, un fenómeno que intoxica la cotidianeidad, un fenómeno ante el cual se alza el feminismo cada vez más fuerte y valiente en busca de erradicar aquellos valores arcaicos que muchos aun no quieren soltar.

 Nos movilizamos el día de hoy para recordar, conmemorar a aquellas personas que lucharon por los derechos de la mujer, aquellas personas que permitieron a la sociedad a avanzar poco a poco, aquellas vidas dadas en favor del movimiento, aquellas vidas que se han perdido a manos de la desigualdad y la falta de justicia, educación y concientización.

 Luchamos para no repetir historia, luchamos para progresar, para que las 30hs no se vuelvan 20hs, para que la sociedad deje de ser un sitio vulnerable en el que movernos, para que la violencia de género física, verbal y psicológica deje de ser tan frecuente, y para que las mujeres que sufran alguna de ellas cuenten con una sociedad y un estado que acompañe sus reclamos.

Queremos paz, seguridad y tranquilidad; justicia e igualdad. Nos queremos vivas, libres y sin miedo.