Te contamos un poco de que es de la vida del exmandatario detenido tras intentar disolver el Congreso y establecer un estado de excepción.

El expresidente de Perú, Pedro Castillo, se encuentra preso en el penal de Barbadillo, en las afueras de Lima, una cárcel construida para albergar expresidentes, donde solo se encuentra el y Alberto Fujimori.

Su detención y la actual rutina de Castillo

El exmandatario fue detenido luego de anunciar en un mensaje televisado la disolución del Congreso y la creación de un “gobierno de excepción” el 7 de diciembre de 2022, tras lo que también dejó de ser presidente por orden del Congreso que declaró que si incapacidad moral permanente por “violar el orden establecido por la Constitución Política”.

Entre las acusaciones en su contra están la rebelión y conspiración por sus hechos de esa fecha, y una presunta pertenencia, como líder, de una organización criminal que corrompe el seno político.

Frente a ello, cumple con dos prisiones preventivas: una de 18 meses y otra de 36; de lo que ya cumplió cuatro meses, alojado en una celda de aproximadamente 6 metros cuadrados de dos ambientes en forma de L, uno con la cama donde duerme y otro con una mesita en donde puede leer y comer.

Esta no tiene ventanas al exterior y solo cuenta, además, con un pequeño baño y acceso a un patio de 5 metros cuadrados que recibe un poco de luz solar; la cual utiliza para intentar cultivar papa y maíz, como hizo toda su vida en su hogar.

El detenido se levanta temprano y dedica su día a leer los libros y diarios que recibe en sus visitas, así como también se esfuerza con su huerta en el patio. Sin embargo, quienes lo han visto, aseguran que es mal.

“Ha perdido mucho peso”, contó una de sus abogadas a la BBC, Indira Rodríguez, “piensa que lo pueden envenenar, así que no quiere comer lo que le sirven en la prisión”, por lo que solo vive de la comida que le llevan sus familiares en las visitas, y que puede cocinar en una hornilla que tiene en su celda.

Castillo solo puede recibir visitas los jueves y sábados, y pueden ser un máximo de cinco personas que entran de a una y que pueden estar hasta una hora y media con él. Sus más frecuentes son sus hermanas y la hermana menor de su esposa, Yenifer Paredes, a quien criaron como una hija.

Por otra parte, no tiene acceso a comunicación telefónica desde que fue sancionado por el Instituto Nacional Penitenciario de Perú, luego de que un medio publicara una entrevista no autorizada; por lo que no puede contactarse con su esposa, Lilia Paredes, ni con sus hijos; todos aislados en México para esquivar las investigaciones de la Fiscalía.

Esto desespera al expresidente y muchos denunciar que mientras todos los presos tienen derecho a llamadas telefónicas, el no; por lo que lo consideran víctima de “una venganza política” y “un sistema carcelario diseñado para minas psicológicamente a las personas”, sostuvo otro miembro de su cuerpo legal, Wilfredo Robles.

¿Qué paso con la presidencia?

Luego de su detención, el cargo fue ocupado inmediatamente por la vicepresidenta Dina Boluarte, y sucedieron una ola de protestas que dejaron un saldo de 67 muertos, en su mayoría supuestamente provocados por el uso indiscriminado de municiones letales por parte de las fuerzas armadas.

La actual presidenta de Perú, declaró en enero que “aquí no hay ninguna víctima señor Castillo, aquí lo que hay un país que se va sangrando producto de su irresponsabilidad”, y lo señalo como responsable de un “golpe de estado fallido”.