Eduardo es emprendedor y logró atravesar los dos años de pandemia sin tener que cerrar su bar “Scumm”, muy popular en la zona.
El aumento paulatino de casos es silencioso. A veces, escuchamos en la televisión o en la radio que empiezan los confinamientos en Europa, eso nos resuena en la cabeza, pero todavía no nos damos cuenta. Eduardo es emprendedor y habló con Bonaerenses para contarnos su experiencia.
“Recién ahora empiezo a ver las repercusiones psíquicas y de ansiedad que me generó el 2020, en ese momento era estar en alerta y darle para adelante buscando ideas”. Así como ahora no estamos pensando en la vuelta de números alarmantes en los casos, Edu no se daba cuenta lo que estaba viviendo, “estaba sobreviviendo”.
“Al principio usamos el delivery, tuvimos que hacerlo fuerte, conté con la ayuda de los empleados, y yo estuve de lunes a lunes durante 7 meses, sin descanso, no había otra manera, fue muy cuesta arriba”. Así de duros fueron los tiempos de confinamiento estricto y bares cerrados para quienes pudieron subsistir, “lamentablemente otros cerraron”.
“Es difícil ayudar a todos y de manera equitativa, hubo planes que funcionaron como el Repro y otros no como los créditos”, nos contó respecto a la ayuda del Estado en ese contexto.
Hoy en día tenemos vida casi normal. Edu no se había dado cuenta “de lo que uno sentía, de la energía que se genera, de la alegría enorme” de tener gente en el bar y compartir con ellos, “aunque se tiene el miedo de que mañana pueda volver a pasar, la incertidumbre está ahí, no se sabe lo que puede pasar”.
“Nadie espera que pase algo así, emprender en Argentina es muy complicado, siempre hay que estar alerta, no enloquecerse, enfocarse en las virtudes y amoldarse, mirar tendencias, ver que se puede hacer para innovar”, es el consejo de Eduardo para para los emprendedores. Ah, un consejo más “ponerle toda la voluntad y pasión”.