La reaparición de Cristina Fernández tras su condena en la causa vialidad se trianguló con un acto de  Alberto en Santiago del Estero y Grabois irrumpiendo en Lago Escondido.

El peronismo surgió como una necesidad popular de llenar un vacío político. El gobierno militar se estaba agotando y el ascenso de una nueva clase, la trabajadora, se encolumnaron tras el secretario de Previsión y Trabajo, Juan Domingo Perón. Luego, ese movimiento se ramificó en muchas vertientes. Ayer el peronismo de la segunda década del siglo XXI marcó su triángulo de poder buscando posicionarse de cara al 2023.

Algunas cosas siguen siempre igual. La construcción de un enemigo como elemento unificador. Originalmente fue Braden como representante de la oligarquía. Hoy son la Justicia y CABA. Aquí hay un problema de origen. Para Perón era “dentro de la Ley todo, fuera de la Ley nada”. Y como CFK firmó en un Decreto en 2015, los fallos de la Corte no se apelan.

Sócrates, tal vez el sabio más importante de la historia occidental se negó a huir luego de su juicio que había sido totalmente escandaloso. A pesar de eso, Sócrates prefirió acatar la Ley aunque esto llevara a su muerte. Por eso, si el peronismo piensa, tal vez con razón que el fallo de la Corte tiene inconsistencias tienen distintas instancias para intentar revertir esto, pero si esto se convierte en una pelea entre poderes, se lesiona gravemente la República y las garantías constitucionales.

Por otro lado, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es la apuntada para ser castigada. Esto busca ser una falsa reedición de la lucha entre Unitarios y Federales. De hecho, así lo encarnó el Gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, en su arenga caudillista, en su llamado a “defender el federalismo aunque tenga que ir preso”. Allí también estuvo Alberto y comparó que la desigualdad llega al extremo entre el Norte y la Ciudad. Mientras que en un lado se discute si se amplía la red de subtes, en Santiago se discute quién tiene agua. Recordemos que Zamora gobierna hace 20 años dicha provincia.

Luego de esto Alberto escribió en Twitter que si se tiene que pelear con todos los jueces para defender el federalismo lo hará. Ahí directamente metió a los dos rivales juntos. Esto lo dijo luego que el kirchnerismo duro lo atacará muy fuerte por su decisión de acatar el fallo de la corte, así sea con el pago de bonos, cosa que Larreta desestimó y denunció penalmente al gobierno por el incumplimiento del pago.

El triangulo lo completa el dirigente social Juan Grabois que irrumpió en la estancia de Joe Lewis en Lago Escondido con la proclama que se abra un paso para que todos los argentinos puedan visitar ese paraíso natural. Sin embargo, Lago Escondido quedó marcado por ser la sede del “lobby larretista” entre dueños de medios, representantes de la justicia y el ministro de Seguridad de CABA. Por ende, la intromisión en dicho lugar tiene que ver con esta lucha que lleva adelante el neoperonismo.

Desde los medios de comunicación aliados al gobierno, se creó un nuevo enemigo, por si Patricia Bullrich le saca ventaja a Larreta y termina siendo ella la candidata a presidente por la oposición. Gerardo Milman, señalado por Cristina y por el gobernador Kicillof ayer. Según los medios habría sido ideólogo, o eso insinúan, del atentado contra CFK. Luego llovieron los carpetazos, y ahora es investigado por la justicia por Sociedades Anónimas de dudosa procedencia, y bien está que se investigue.

Un punto y aparte se lleva la nostalgia del pasado. Se habló de renunciamiento, de proscripción, de persecución al peronismo y más. Además, en Lago Escondido se canto por Evita y por el Ché. La moda vintage sigue firme en la política.

Lo que no se dan cuenta los dirigentes de la mayor expresión popular y electoral de la historia argentina, es que la opinión pública está respondiendo de manera muy distinta a la que solía responder, que en 2015 no volvieron por virtudes si no por fallos en el gobierno de Macri y que, si se mantienen en este rumbo, solo mantendrán su núcleo duro y corren el riesgo de perder ante un rival que antes solo parecía un disparate, Javier Milei. Pero esa, ya es otra historia.