A pesar de las últimas encuestas, ciertos eventos internacionales pueden ayudar al gobierno a pasar la crisis e intentar retener el poder el año que viene.
La encuesta de Escenarios que dio un 20% de intención de voto para el kirchnerismo para el año que viene, dio por sentado en muchos medios, analistas y demás, el ocaso del peronismo. Sería por mucho, la peor derrota en la historia de un gobierno inspirado en la doctrina, o alguna de sus vertientes, del General Perón.
Pero hay tres hechos que pueden acomodar las cosas para el país, sobre todo el año que viene. Dos de ellos se decidirán muy pronto. Por un lado, a pesar del recorte en las encuestas, Bolsonaro no parece alcanzar a Lula en la carrera presidencial del principal socio económico de Argentina. Contar con un aliado como Lula en la principal potencia Sudamericana no es poca cosa y podría entusiasmar a más de uno para dar vuelta la cosa.
Por otro lado, Juan Domingo Biden, como lo bautizó Alberto, está atravesando el mejor momento de su gestión. Si bien aún sigue siendo reprobado, superó el 45% de imagen positiva. Sobre todo gracias a una merma en la inflación debida a la baja en el costo de combustibles, la caída de imagen de Donald Trump tras sus entredichos con el FBI y nada más ni nada menos, esto se da muy cerquita de las elecciones legislativas de noviembre. Donde parecía que una marea roja iba a arrasar por todo el país, tal vez tome un tinte azul.
Esto es fundamental dado el acercamiento del kirchnerismo, sindicalismo y sobre todo del ministro Sergio Massa a Estados Unidos. Que la administración Biden se estabilice luego de tocar fondo tras la salida de Afganistán es más que auspicioso para contar con la ayuda que Argentina necesita del nuevo aliado, ex enemigo imperialista.
Por último, el retraso del fin en la guerra de Ucrania, sobre todo con la avanzada amarilla y el retroceso ruso, a pesar del “ah pero la guerra”, genera condiciones internacionales auspiciosas para el país, sobre todo en el sector agrario y energético. Ahí ya depende también de la gestión que en ambas cosas haga el gobierno de Fernández pero el contexto internacional está dado para aprovecharlo.
LAS CONTRAS
El último punto, también puede ser un dolor de cabeza para el gobierno. Recordemos que Alberto invitó al presidente ruso que Argentina sea una puerta de entrada para América latina. Rusia, a pesar de por primera vez recibir reprimendas públicas por parte de sus aliados China e India, subsiste gracias al diferencial en el precio del gas que le vende a ambas naciones. No sea cosa que Rusia busque nuevos aliados y recuerde dicha frase de Alberto. No se puede estar bien con Rusia y con Estados Unidos en este contexto ¿Qué hará Massa si sucede eso?
Por otro lado, la peor sequía en mucho tiempo está amenazando la cosecha 2023 y esa entrada de divisas es fundamental, ¿El clima será peronista como la soja?