La Casa Blanca anuncia una tregua táctica mientras crece la presión en Medio Oriente. Trump evalúa la opción militar contra Irán —incluyendo uso de bombas bunker-buster— mientras mantiene abierta una vía diplomática con Europa e Irán.
19 de junio de 2025
Alejandro Cabrera
El presidente estadounidense, Donald Trump, informó que decidirá en un plazo de dos semanas si ordena un ataque militar contra Irán, aunque no descarta nuevos esfuerzos diplomáticos. La Casa Blanca define este lapso como una oportunidad definitiva para que Teherán suspenda sus actividades nucleares, antes de pasar al escenario bélico.
El anuncio se produce en medio de una intensificación del conflicto entre Israel e Irán, que incluye ataques a hospitales, misiles y drones lanzados desde ambos bandos, y la movilización de una munición hasta ahora exclusiva de EE.UU.: la bomba “Massive Ordnance Penetrator”, diseñada para destruir fortalezas subterráneas.
Un ultimátum con doble filo
La Casa Blanca sostiene que Irán está a semanas de lograr una bomba nuclear —según estimaciones de inteligencia— y advierte que en este período debe detener el enriquecimiento de uranio para que una solución diplomática pueda prosperar. En caso contrario, Trump dará luz verde a una operación militar.
Al mismo tiempo, el presidente ha dado señales cruzadas: enfatiza que aún hay margen para la negociación, pero ya expuso opciones militares de alto impacto.
El papel clave de Europa y las conversaciones en curso
Estados Unidos mantiene conversaciones discretas a través de su enviado Steve Witkoff con funcionarios iraníes, mientras varios gobiernos europeos promueven un acuerdo urgente. Sin embargo, Irán ha endurecido su postura y amenaza con represalias fuertes.
Financiamiento y maniobras tácticas
Diversos sectores del propio partido de Trump, incluidos halcones y aislacionistas, criticaron la estrategia. Algunos advirtieron que una guerra con Irán podría ser costosa y contraproducente.
Por su parte, EE.UU. ya ha enviado refuerzos a la región, incluidas aeronaves de reabastecimiento y potenciales armas especializadas, en un claro mensaje a Teherán sobre su capacidad de respuesta.
Una bomba que puede inclinar la balanza
La Massive Ordnance Penetrator —MOP— es una bomba de más de 13 toneladas, diseñada para penetrar estructuras profundas como la planta nuclear de Fordow, una de las más protegidas de Irán. Su uso podría significar una escalada seria, con riesgos de una respuesta iraní dirigida incluso a bases estadounidenses.
Escalada bélica sin control
Israel ha atacado objetivos nucleares en Irán —Natanz, Arak y Fordow— y respondió con la llamada "Operación León Ascendente". Irán, por su parte, lanzó cientos de misiles y drones contra ciudades de Israel, causando daños en hospitales y transmisiones civiles en riesgo. La posibilidad de que Irán cierre el estrecho de Ormuz agrava el miedo a una crisis energética global.
Divide en la Casa Blanca y en Capitol Hill
En medio del clima bélico, voces influyentes como Steve Bannon alertan que un enfrentamiento directo con Irán podría terminar siendo “devastador” para EE.UU. Mientras tanto, existe presión judicial por violaciones a los procedimientos de autorización de uso de la fuerza, ya que Trump podría saltarse al Congreso en una intervención unilateral.
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