Trump endurece su discurso: amenaza con aranceles del 200 % a China y refuerza la guerra comercial

El presidente estadounidense prometió imponer gravámenes extraordinarios sobre las exportaciones chinas de tierras raras. La medida sigue la línea proteccionista de su administración y apunta al sector tecnológico y militar.

Estados Unidos25 de agosto de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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El enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China.

El enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China vuelve a intensificarse tras un anuncio contundente del presidente Donald Trump. En un nuevo discurso con tono de campaña, adelantó que gravará con aranceles del 200 % las exportaciones chinas de tierras raras, minerales esenciales para la industria tecnológica y militar. La medida se alinea con su estrategia proteccionista y refleja el endurecimiento de su política comercial.

Las tierras raras, indispensables para fabricar desde teléfonos móviles y autos eléctricos hasta equipos bélicos, son dominadas por China, que controla gran parte de la producción global. Trump justificó su postura con un mensaje claro: “No podemos permitir que sigan robándonos el futuro. Si quieren vendernos esos recursos, deberán pagar el precio”, afirmó durante un encuentro con empresarios.

Esta ofensiva se suma a restricciones vigentes bajo la administración demócrata, pero eleva el tono comercial a un nuevo nivel. La implementación de aranceles tan extremos tendría repercusiones directas: empresas estadounidenses y aliadas se enfrentarían a costos logísticos más altos, posiblemente repercutiendo en los precios al consumidor.

Desde Pekín, ya se anticipan posibles represalias, como aranceles sobre productos agrícolas estadounidenses o restricciones a los envíos de minerales estratégicos. Expertos advierten que esta escalada no solo impactaría bilateralmente, sino que podría sacudir los mercados mundiales y desestabilizar cadenas de suministro sensibles.

La declaración de Trump también persigue un propósito electoral: apelar al electorado industrial y rural, castigado por décadas de deslocalización y competencia extranjera. Con su mensaje proteccionista, refuerza su perfil como defensor de la "industria americana".

Wall Street reaccionó con cautela, evaluando el efecto en sectores clave como la energía, tecnología y automotor. Gobiernos aliados observan las novedades con preocupación: un choque de esta magnitud entre dos potencias comerciales sacudirá la economía global.

Con su amenaza de aranceles del 200 % a las exportaciones chinas de tierras raras, Trump no solo redefine el eje de la política comercial estadounidense, sino que también reaviva las tensiones con Beijing. En el centro de la disputa está el control de recursos estratégicos, clave para la nueva economía. Si las urnas lo ratifican, este será el punto de partida de una nueva etapa en la guerra comercial.

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