El Gobierno acusó a Kicillof de habilitar una “zona liberada” para el cierre de campaña de Milei

El oficialismo denunció que Axel Kicillof decidió no garantizar la seguridad del cierre de campaña de Javier Milei en Moreno y alertó sobre el riesgo de un posible atentado. La figura del gobernador se convirtió en el centro de una nueva batalla política.

Política03 de septiembre de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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El Gobierno acusó a Kicillof de habilitar una “zona liberada”.

A horas del cierre de campaña de La Libertad Avanza en Moreno, la tensión escaló cuando el Gobierno nacional acusó al gobernador bonaerense Axel Kicillof de habilitar una “zona liberada” y no garantizar la seguridad del acto presidencial. La controversia prendió las alarmas y posicionó la seguridad como nueva línea de confrontación entre el oficialismo y el peronismo provincial.

Desde el ministerio de Seguridad provincial, a cargo de Javier Alonso, se emitió un informe alertando sobre graves deficiencias: calles de tierra, anegamientos, escombros, un solo acceso, iluminación precaria y falta de evacuación. El informe llegó a Casa Militar con la advertencia formal de riesgos para las 10 000 personas previstas en el predio de Villa Ángela, en Trujui.

La respuesta del entorno de Milei fue inmediata y durísima. Sebastián Pareja, dirigente de La Libertad Avanza en PBA, calificó a Kicillof de “pichón de Stalin” y lo tildó de “renunciar públicamente” a velar por la seguridad, insinuando que esa decisión sería para facilitar un atentado contra la investidura presidencial.

Desde el bloque nacional, Cristian Ritondo apuntó directo al gobernador: “Mañana Kicillof no va a garantizar la seguridad del Presidente como nunca garantizó la seguridad de ningún bonaerense”. Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, sumó presión acusando al gobierno provincial de “extorsionar” y “manipular la seguridad”, alertando ante un riesgo institucional.

En plena recta final de la campaña electoral, el cruce entre la Nación y la Provincia encendió otra grieta política de alto impacto. Las acusaciones cruzadas dejan claro que la seguridad de un acto público dejó de ser logística para convertirse en símbolo de poder y responsabilidad. En el medio están los votos y una ciudadanía expectante: será Moreno, con su clima electoral en ebullición, quien revele si triunfa el control o si una nueva narrativa amenaza con enturbiar la paz democrática.

 

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