Milei en guerra total: denuncias de espionaje, ataque al kirchnerismo y llamado desesperado al voto

El Presidente cerró su campaña en Moreno con un discurso cargado de dramatismo: habló de un “empate técnico” decisivo, denunció complots internacionales, defendió a su hermana Karina y atacó con dureza al kirchnerismo.

Política03 de septiembre de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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El Presidente cerró su campaña en Moreno.

El acto en Moreno se convirtió en el escenario más candente de la campaña electoral. Javier Milei eligió cerrar allí, en Villa Trujui, desafiando advertencias de seguridad y en medio de un clima de tensión marcado por incidentes. Consciente de la atención que generaba, el Presidente decidió dar un mensaje que condensó todos los ejes de su narrativa: dramatismo electoral, denuncias de conspiración y una embestida sin matices contra sus adversarios políticos.

Desde el inicio, Milei buscó instalar la idea de que el país se juega todo en las elecciones del domingo. Habló de un “empate técnico” en la provincia de Buenos Aires, enfatizando que “cada voto vale como nunca antes”. Llamó a sus seguidores a movilizarse masivamente, incluso con frases apremiantes: “Si no van a votar, ellos ganan. Traten de conseguir un auto, un remis o lo que sea para ir a votar”. El tono fue de urgencia, presentando la jornada electoral como un plebiscito existencial entre la continuidad del cambio o el regreso del pasado.

En ese marco, volvió a cargar contra el kirchnerismo. Lo acusó de ser el motor detrás de ataques violentos que sufrió en distintos actos, y lo responsabilizó de querer frenar “el proceso de liberación” que, según él, encarna su gobierno. Con palabras crudas, dijo que el kirchnerismo representa “la decadencia y la violencia organizada”, y pidió que el voto sea un castigo definitivo a ese sector político. “Kirchnerismo nunca más”, repitió, en una de las frases más celebradas por sus seguidores.

Pero el discurso no se quedó en la disputa interna. Milei también denunció la existencia de complots internacionales y operaciones de inteligencia disfrazadas de periodismo. Aseguró que detrás de la difusión de los audios que involucraron a su hermana Karina existen servicios extranjeros, a los que vinculó con Rusia y Venezuela. Describió a quienes difundieron las grabaciones como “espías disfrazados de periodistas” y prometió que “ya no estarán por encima de la ley”. Con ese mensaje, buscó transformar el escándalo en una bandera de resistencia frente a lo que presentó como una embestida global contra su proyecto.

La defensa de su hermana fue uno de los tramos más personales de la noche. Afirmó que Karina es víctima directa de la persecución, que el verdadero blanco de la operación es ella, y que los ataques buscan quebrar la conducción del gobierno. Anunció que presentará denuncias judiciales contra los responsables y afirmó que no dará un paso atrás en su defensa. “No nos van a dividir, no nos van a quebrar”, lanzó desde el escenario, mientras el público respondía con cánticos de apoyo a la “jefa” del oficialismo.

El cierre también estuvo marcado por la apelación a la épica libertaria. Milei dijo que el domingo se definirá si Argentina sigue en el camino del cambio o regresa al “pantano del populismo”. Reivindicó sus medidas económicas y aseguró que los intentos por desestabilizarlo son prueba de que el rumbo es el correcto. “Si nos atacan, es porque estamos haciendo las cosas bien”, subrayó, transformando las críticas en una señal de fortaleza.

La noche en Moreno dejó la postal de un Presidente decidido a jugarse todo en la cancha de la confrontación. Con denuncias de espionaje, ataques a la oposición y una defensa cerrada de su círculo íntimo, Milei buscó reforzar el dramatismo de la campaña y encender a sus votantes con un mensaje que mezcla épica, paranoia y un llamado desesperado a la acción.

 


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