
El Senado aprobó la ley de “muerte digna” por 20 votos a 11 y convirtió a Uruguay en el primer país de América Latina en legalizar la eutanasia por vía legislativa. La norma alcanza a personas adultas, psíquicamente aptas, con enfermedad incurable o irreversible y sufrimiento insoportable, y ahora deberá ser reglamentada por el Poder Ejecutivo.