💸 La tasa en pesos se desploma y los bonos suben: ¿veranito financiero o tendencia duradera?

La tasa en pesos bajó a niveles que no se veían desde hace años. Mientras tanto, los bonos suben en medio de un mercado que todavía no termina de confiar. ¿Hasta cuándo puede sostenerse esta calma?

Economía12 de julio de 2025Alejandro CabreraAlejandro Cabrera
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Panorama económica

Tasas históricamente bajas y una señal de alerta

La tasa de interés en pesos cayó con fuerza en las últimas semanas. El dato más llamativo es la tasa de caución bursátil, que llegó al 19% anual, un número impensado en un país con inflación persistente por encima del 4% mensual. Por su parte, las Lecap (Letras del Tesoro Capitalizables) ofrecen rendimientos cercanos al 2,4% mensual, lo que representa una tasa nominal anual de aproximadamente 29%. Para muchos analistas, estas cifras no solo marcan un descenso técnico, sino también una distorsión frente a la inflación real y las expectativas de devaluación.

Esta caída de tasas está íntimamente ligada a un contexto de alta liquidez en pesos, producto de la emisión monetaria previa, el bajo nivel de crédito privado y cierta cautela del mercado a la hora de reinvertir en instrumentos más riesgosos. En otras palabras: hay muchos pesos dando vueltas y pocos lugares donde colocarlos.

“Si hay muchos pesos y poca demanda, las tasas bajan. Pero eso no significa que haya confianza, solo que nadie quiere tomar financiamiento caro”, deslizan operadores financieros.
 
Los bonos suben, pero la reinversión no aparece

Mientras las tasas bajan, los bonos soberanos en pesos como el AL35 y el GD35 mostraron subas de precios en los últimos días. Esto, en principio, podría interpretarse como una mejora en la percepción de riesgo. Pero hay un dato que contrasta con esa visión optimista: la baja reinversión de cupones. Muchos inversores están cobrando los intereses que pagan esos bonos, pero en lugar de volver a comprar deuda en pesos, optan por quedarse líquidos o buscar alternativas más seguras.

Esto muestra una tensión: por un lado, el mercado parece premiar al gobierno con tasas bajas y suba de activos; por el otro, los grandes jugadores financieros aún no se convencen de que esta tranquilidad sea sostenible. Las dudas sobre la inflación futura, el tipo de cambio y la evolución de las reservas siguen presentes.

 
El rol del Banco Central y el Tesoro

En este escenario, el Banco Central (BCRA) juega un papel clave. Si mantiene su política de tasas bajas y no absorbe pesos con instrumentos como pases o colocaciones, puede profundizar esta tendencia. Pero si aparecen señales de que la inflación puede repuntar o que el dólar oficial empieza a moverse, el BCRA podría verse obligado a volver a subir las tasas, generando un giro brusco en el mercado.

El Tesoro, por su parte, se financia hoy a tasas históricamente bajas en pesos. Eso le permite cubrir sus necesidades sin emitir más moneda. Sin embargo, si la confianza no se sostiene o si los inversores empiezan a exigir mayores rendimientos, deberá ofrecer más tasa o indexación por inflación, lo que tensionaría el equilibrio actual.

“Esta película ya la vimos: tasas bajas artificiales, confianza aparente, y luego un ajuste brusco cuando se acaba el oxígeno financiero”, recuerdan economistas que vivieron ciclos similares.
 
¿Es sostenible este veranito?

El interrogante de fondo es si esta combinación de tasas en pesos muy bajas, bonos al alza y calma financiera puede mantenerse. Algunos factores que podrían influir en su continuidad:

Inflación real vs tasas nominales: si la inflación sigue alta, mantener tasas reales negativas será insostenible.
Presión sobre el dólar: la baja tasa en pesos puede incentivar la dolarización si no hay confianza.
Rol del BCRA: si interviene para frenar el exceso de liquidez, puede modificar el rumbo.
Política fiscal: si el Tesoro necesita más pesos o financiamiento, puede tensionar el mercado.

La historia argentina muestra que los veranitos financieros pueden durar semanas, pero no años, sobre todo si no están respaldados por fundamentos sólidos. Por ahora, la foto muestra calma. Pero el mercado sigue mirando el pronóstico extendido con atención.

NOTA BASADA EN LA PUBLICACIÓN DE GUILLERMO LABORDOA EN EL CRONISTA

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