Mar Muerto: el laboratorio natural que esculpe esculturas de sal únicas en el mundo

El famoso lago salado, ubicado entre Jordania e Israel, oculta secretos geológicos que dan forma a paisajes de otro planeta.

Curiosidades13 de agosto de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Mar muerto.

En el corazón de Medio Oriente, el Mar Muerto no solo es conocido por sus aguas hipersalinas y su singular flotabilidad. Sus orillas y fondos esconden verdaderas esculturas naturales de sal, formadas a lo largo de miles de años por un delicado equilibrio entre clima, evaporación y minerales disueltos.

Estas estructuras, que parecen obras de arte cristalizadas, atraen tanto a científicos como a turistas, y revelan procesos geológicos que aún despiertan preguntas sin respuesta.

El Mar Muerto es el punto más bajo de la superficie terrestre, situado a más de 400 metros por debajo del nivel del mar. Su extrema salinidad, cercana a diez veces la del océano, impide la vida de peces y plantas, pero favorece la formación de complejas cristalizaciones minerales.

Las espectaculares columnas, costras y esferas de sal se originan cuando el agua saturada de minerales se evapora rápidamente debido a las altas temperaturas y la baja humedad de la región. La sal precipita y se deposita en capas, formando estructuras que pueden adoptar formas caprichosas, desde delicadas flores cristalinas hasta gruesas cortezas que recubren rocas y ramas.

Estos procesos no solo son un fenómeno visualmente impresionante, sino que también ofrecen información clave para la geología, la climatología y la investigación de ambientes extremos. El estudio de las formaciones salinas ayuda a comprender cómo se comportan los minerales en condiciones extremas y puede servir como analogía para entornos extraterrestres, como la superficie de Marte o las lunas heladas del sistema solar.

Sin embargo, el Mar Muerto atraviesa una crisis ambiental: en las últimas décadas su superficie se ha reducido drásticamente debido a la explotación de sus afluentes y a la evaporación acelerada por el cambio climático. Este retroceso amenaza la continuidad de los ecosistemas circundantes y de las propias formaciones salinas, que requieren un delicado balance hídrico para mantenerse.

A pesar de ello, cada año miles de visitantes llegan para experimentar la flotación en sus aguas densas y admirar las orillas cristalizadas, donde la luz del sol arranca destellos dorados y plateados de la sal. Para los expertos, proteger este entorno único no solo es preservar un atractivo turístico, sino también un valioso archivo natural que guarda pistas sobre la historia climática de la región y del planeta.

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