El dólar oficial escaló a $1.425 y quedó al borde del techo de la banda de flotación

En una jornada marcada por la incertidumbre política y la presión de los mercados, el dólar oficial subió con fuerza y cerró en $1.425 en el Banco Nación. La volatilidad de la rueda dejó a la divisa al límite del rango de intervención, en un contexto de creciente nerviosismo económico.

Economía08 de septiembre de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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El dólar oficial escaló a $1.425.

El comienzo del día ya anticipaba tensiones. Apenas abiertas las operaciones, la cotización minorista superó los $1.450 en algunos bancos privados y llegó a marcar $1.460 en el Nación. Ese salto encendió las alarmas en la plaza financiera porque ubicaba al dólar oficial apenas a unos pesos del techo de la banda de flotación, calculado para septiembre en torno a los $1.470. Durante las horas siguientes, la presión se moderó levemente, pero la señal había sido clara: el mercado puso a prueba la capacidad de reacción del Gobierno y del Banco Central.

El mayorista también acompañó la escalada y se ubicó en torno a $1.409, con un incremento diario cercano al 4 %. Esa dinámica se trasladó a los dólares financieros, que cerraron la jornada con fuertes ajustes. El MEP y el contado con liquidación rondaron los $1.440, mientras que el paralelo se movió en torno a $1.415, generando una brecha que volvió a superar el 3 % en algunos tramos del día. Para los operadores, el mensaje fue inequívoco: la incertidumbre política derivada de la derrota electoral del oficialismo en Buenos Aires aceleró las expectativas de devaluación.

La reacción de los inversores también se sintió en los bonos y acciones. El riesgo país volvió a trepar por encima de los mil puntos básicos, un nivel que refleja la desconfianza sobre la capacidad de pago y la estabilidad macroeconómica. Las acciones argentinas que cotizan en Nueva York sufrieron retrocesos de hasta dos dígitos, arrastradas por la aversión global al riesgo argentino y por la lectura de que la gobernabilidad enfrenta un nuevo desafío.

En los despachos oficiales se evitó hablar de un cambio de rumbo. El mensaje transmitido fue de continuidad en la política económica, sin modificaciones en la estrategia de flotación administrada. Sin embargo, en el mercado se descuenta que el Banco Central podría verse obligado a intervenir en las próximas jornadas si la presión no cede. Con reservas acotadas, las alternativas son limitadas: ventas puntuales dentro de la banda o un ajuste discreto en la posición cambiaria que permita dar oxígeno a la divisa y evitar una corrida mayor.

El trasfondo político alimenta las dudas. La derrota del oficialismo en la provincia más populosa del país dejó al Gobierno en una situación de fragilidad y debilitó su capacidad de maniobra en el Congreso. La lectura inmediata de los mercados fue que la estabilidad del programa económico quedó condicionada a la capacidad de sostener acuerdos y recuperar credibilidad en el corto plazo. Esa combinación de factores explica por qué el dólar saltó hasta el borde del techo de la banda en apenas una jornada.

El desafío ahora es contener las expectativas y transmitir señales claras. Los próximos días serán decisivos para saber si el Gobierno logra estabilizar la plaza cambiaria o si la presión se convierte en un nuevo frente de tormenta para una economía que ya arrastra inflación alta, recesión y desconfianza de los inversores. La foto del dólar a $1.425 sintetiza esa fragilidad: un mercado que testea los límites y un Gobierno que se juega la credibilidad en cada movimiento.

 


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