Boca atraviesa su peor racha histórica: 12 partidos sin triunfos y el ciclo de Russo bajo presión

El Xeneize acumula más de tres meses sin ganar, con un rendimiento que dispara alarmas en el club y pone en duda la continuidad del entrenador.

Deporte10 de agosto de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Boca.

Boca Juniors vive un momento crítico que quedará marcado en sus registros históricos. Con el empate 1-1 frente a Racing en La Bombonera, el equipo alcanzó los 12 partidos oficiales consecutivos sin lograr una victoria, una cifra inédita desde la profesionalización del fútbol argentino. El último triunfo se remonta a mediados de abril, y desde entonces el conjunto no encuentra respuestas futbolísticas que le permitan cortar la sequía.

Durante esta serie negativa, Boca acumuló una combinación de empates y derrotas que lo alejaron de todos los objetivos trazados a comienzos de temporada. Eliminaciones en torneos nacionales e internacionales, más la caída en el rendimiento colectivo, profundizaron la crisis. En el campeonato local, la falta de triunfos redujo las chances de pelear el título y complicó la clasificación a la Copa Libertadores, uno de los objetivos prioritarios para la dirigencia y la hinchada.

El empate ante Racing tuvo un sabor amargo: el Xeneize se puso en ventaja, pero no pudo sostener el resultado y terminó cediendo dos puntos clave en los minutos finales. Esa imagen de frustración se repite partido tras partido, con un equipo que arranca con intensidad pero se diluye con el correr de los minutos. Las fallas defensivas, la falta de generación de juego y la escasa eficacia en ataque conforman una fórmula que se volvió insostenible.

En lo anímico, el plantel muestra signos de desgaste. Los gestos de preocupación en los jugadores más experimentados y las caras largas en el banco de suplentes reflejan el momento delicado. La Bombonera, tradicional fortaleza del equipo, ya no intimida como antes: Boca no logra imponerse de local y ha dejado escapar puntos vitales en su casa, alimentando el descontento de los hinchas.

Miguel Ángel Russo, conductor del equipo, enfrenta crecientes cuestionamientos. Aunque el entrenador sostiene que confía en revertir la situación, el clima en el vestuario y en la dirigencia es cada vez más tenso. La continuidad del DT dependerá en gran medida de los próximos partidos, donde un nuevo traspié podría precipitar decisiones drásticas.

En paralelo, la dirigencia evalúa posibles refuerzos y cambios en el esquema de trabajo, conscientes de que la actual dinámica amenaza con dejar al equipo fuera de los torneos más importantes del próximo año. La presión es doble: cortar la mala racha y recuperar la confianza de un público que, pese a la crisis, sigue llenando las tribunas pero exige una reacción inmediata.

Con un calendario que no da respiro, Boca necesita más que un triunfo aislado: requiere una reconstrucción futbolística y anímica que le devuelva competitividad. De lo contrario, la actual racha podría convertirse no solo en la peor de su historia, sino también en el punto de quiebre de un ciclo que hoy pende de un hilo.

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